AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Lo que veo es que Chiapas entra a su segunda reconstrucción en lo que va del siglo, la primera por mucha agua un 5 de octubre de 2005; la segunda por movimiento de la tierra. Esa agua tuvo nombre: Stan; el temblor del 7 de septiembre no solo fecha e intensidad: 8.2 en la escala de Rechtear.
En torno a la respuesta rápida el gobierno del estado de Chiapas se ganó a todos sus homólogos, y la orden directa del Gobernador Velasco de que fuera el ejército el que se hiciera cargo de la organización y distribución del apoyo, dejó fuera todo protagonismo político, de sus funcionarios y de los poderes y de los partidistas, cuando él solo anda verificando y coadyuvando.
La buena noticia es que, por ello, Chiapas ya terminó su censo y está listo para entrarle a la reconstrucción; su censo es de los más eficientes y comprende a 250 mil personas damnificadas y más de 50 mil viviendas que de alguna manera necesitan reconstrucción total, media chuchara-dijeran los albañiles- o solo reparaciones menores.
Entendemos que una cosa es estar listos y otra que lo esté el gobierno federal, demasiado pagado de sí mismo pese a que la sociedad lo rebasó fácilmente; la entidad ya tiene listo todo, en damnificados e infraestructura dañada, pública y privada, y solo falta que el Fonden anuncie si es ya, esto en la idea de lo dicho por Miguel Ángel Osorio Chong que México está listo para la reconstrucción, la que por cierto es otro terreno a estar pendiente, pues como sucedió en esto de la recolección de víveres –incluso por las mismas autoridades, como sucede en Morelos, en dónde la policía roba los productos a los donantes- y los tranzas de siempre, nunca faltan los vivales que contratan a sus propias compañías aprovechando que están en cargos de decisión, y aparte hacen mal la obra, como los chiapanecos lo vimos en la del Stan.
Así que entramos en breve a la segunda reconstrucción en lo que va del siglo, que esperemos que no sea o termine llena de dudas como en el caso de la primera.
Contrario a la ciudad de México en la que se pide la investigación del porqué se cayeron edificios, en Chiapas la cosa es solo ver daños.
Por tradición de siglos se construye con adobe o con materiales de bajo costo.
En esto, sobre todo en caso de interiores, los gobiernos municipales no reparan tanto, en especial en comunidades pequeñas, en dónde las cosas de dinero no abundan y la gente construye por periodos sus casas, generalmente humildes pero endebles, para estos casos de sismos.
Se ven fuertes con sus corredores y columnas, pero no tienen castillos; las tejas pesan aun no lo crean y a la vez, se mueven demasiado en los movimientos telúricos aflojando la estructura que la sostiene.
Y así podríamos buscar mucho para polemizar como sucede en una ciudad de las dimensiones de la capital del país, cuyos medios de comunicación de eso viven mientras que en la engañosa tranquila provincia, la verdad solo queremos terminar con lo que queda regado de la pesadilla que se ha vivido, y la gente pueda, aun sus heridas en el cuerpo y en el alma por los seres queridos que han partido, reiniciar de nuevo.

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