AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

No son pocos los que se preguntan qué ha logrado el magisterio en realidad con estos plantones y suspensión de clases, si a lo largo de la llamada lucha magisterial poco ha sido el beneficio para éstos.

Desde luego que en una nación compleja por el cómo la han gobernado, su inseguridad, la corrupción y las imposiciones, las disidencias actúan cada vez de manera más radical, pero no en contra de quienes son sus supuestos adversarios, sino contra la sociedad civil y sus propiedades, que es la que padece las consecuencias, ahora con actos vandálicos a las que consideran empresas trasnacionales, cuando son de capital nacional con el membrete de Coca Cola por ejemplo, empresa que fue atacada prácticamente, por normalistas hace unos días en la capital del estado, o toman camiones entre otros desmanes nada plausibles.

Sobre la reforma educativa ya se ha hablado bastante y desde luego, no es tal; su alcance no llega a una reforma y se trata de ajustes a cuestiones meramente técnicas que implican estructura y el aspecto laboral, a beneficio del Estado, si se quiere, pero que no comprenden una cuestión pedagógica de vanguardia mundial, como las europeas o norteamericanas, y se queda atrapada incluso en moralinas, aun el avance social demuestre que las cuestiones sexuales o de derechos a la libre manifestación de las ideas es cosa constante y deben abordarse directamente de acuerdo a lo que sucede.

Pero muy aparte de eso, y las referencias de los que dicen que más perjudica el gobierno, las acciones del magisterio como medida de presión es sobre la sociedad, bloqueando accesos a la ciudad, tiendas departamentales, toma de edificios públicos, en un todo que afecta a los ciudadanos que aún lo justificado que puedan ser sus protestas, los modos sencillamente no son aceptados por esa sociedad civil a la que le piden apoyo.

Es sabido que la buena educación se hace ya una urgencia en países emergentes como México, pues es la única línea que puede llevar al desarrollo y a una mejor calidad de vida en mediano plazo.

No aceptar eso es contribuir al atraso y seguir así por otra década cuando en la que viene se podría superar el enorme rezago educativo existente, y que no solo es competencia del magisterio y si de la SEP, dependencia que no comprende lo que es disentir, y ataca con todo a los que piensan diferente en vez de sentarse a la mesa a dialogar y ambas partes, pensando también en la educación, afinen sus cosas laborales y de servicio a la sociedad a la que sirven, y por la que fueron establecidas desde que se instituyó al educación gratuita en México, la que se ha visto cuestionada con mucho, al permitir la docencia las cuotas escolares y la SEP por no reclamar con energía ahora sí, que se cumpla la ley; de uno y otro lado argumentan que es cosa de la sociedad de padres de familia, y no observan que al final de cuentas se hace a un lado el tercero constitucional, bajo el argumento que sea.

Es reflejo, desde luego, de la corrupción que mencionamos líneas arriba, y que viene a ser un atraco a la sociedad por la vía individual de los padres de un alumno de bajos recursos, existiendo no pocas reseñas e imagines en redes de los excesos que se cometen sobre un niño o niña con sus plenos derechos constitucionales a una educación absolutamente gratuita. Pero regresando ¿Qué ha ganado en realidad el magisterio en tantos años de lucha?

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