Al Son del texto
El conflicto entre Chenalhó y Chalchihuitán es por 900 hectáreas empalmadas que a la vez, representan el límite municipal.
Es decir que es un asunto agrario, pero superado por la rivalidad añeja entre esa gente, que data de 4 décadas y que ha generado ya más de 5 mil desplazados y alrededor de 11 muertos, llamados ya los difuntos de la indiferencia y la miseria en las redes sociales.
Con todo y eso, en esa zona indígena mostrando la suficiencia que los caracteriza, los priistas determinaron que José Antonio Meade el candidato oficial del tricolor, iniciará campaña precisamente en esa zona indígena, y en dónde las rencillas brotan de la nada como sucedió en 2016 cuando una horda asesinó al alcalde Domingo López González, su síndico Narciso Lunes y el juez de paz y conciliación, Sebastián López, en la misma explanada donde inició su campaña Meade, a las cero horas, bajo un frío tremendo.
Un día después de la llegada de Meade, del inicio deslucido de su campaña en Chiapas, esos mismos chamulas que lo victorearon tiritando de frío, llegaron a la capital del estado a tomar la Torre Chiapas y la caseta de cobro de la carretera Tuxtla- San Cristóbal de Las Casas exigiendo pago de Prospera y los recursos municipales acordados, y por enésima vez negados aun sean el soporte para garantizar el control político del municipio, sea por parte del gobierno del estado, sea por parte de sus aliados en el gobierno municipal, solo que tenemos que tomar en cuenta que ahí, en Chamula, las cosas se arreglan con dinero, sin éste las cosas se salen de control y ahí está la suerte que vivió el alcalde Domingo López González.
Durante esa toma de La Torre Chiapas que mereció desalojo también, los indígenas acusaron claro que les había prometido pago por recibir a Meade, y nada más no sucedió o igual y sí, porque luego del desalojo los que pudieron se regresaron y no hubo más sobre el particular.
Lo que sí es notorio es que como Chamula, en los municipios chiapanecos se quejan de la falta de recursos, pero más se quejan los prestadores de bienes y servicios y todos aquellos empresarios y comerciantes a los que se les termina el año y no les pagan, salvo en realidad se haga y los alcaldes bajo el argumento de que no hay dinero, se queden con los pagos correspondientes a proveedores, jineteando en lo posible el dinero, mientras no los investigue el Órgano de Fiscalización superior del Congreso del Estado.
La noticia de que el alcalde de Bochil asesinado en la capital del estado, con casi un millón en la cajuela de su auto, llamó la atención pues no fue el robo el móvil del crimen. De todos modos sería interesante ubicar el origen de tanto dinero, para alejar de la especulación y otras versiones el nombre del munícipe, de por sí con problemas desde hace meses en su municipio, con alcaldía tomada y agresiones y marchas en su contra, pero dominando él la paga.
Así que esta muerte se viene a integrar a otras sucedidas por muy diversas causas, y que desde luego no dan buena imagen a una entidad resentida y molesta por la situación económica en que vive, carente de empleo y desde luego, con una inseguridad creciendo.
