AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Estuvo muy lejos de ser un evento como en los viejos tiempos priistas.
Porque todos han hablado de que regresan esos viejos esquemas de convocatoria, pues tanto en San Juan Chamula como en Tuxtla Gutiérrez, el inicio de campaña de José Antonio Meade fue deslucido, a lo mejor por aquello de que sería austera, y ni su discurso fue incendiario ni de enfrentamiento hacia sus posibles adversarios, algunos ya visibles como AMLO.
Meade no estuvo rodeado de la pléyade priista como antes, casi estuvo solo y habló poco, pausado como se le ha caracterizado desde hace doce años en que ha ocupado altos cargos federales.
Desde luego que hubo presencias, pero también ausencias.
Desde la madrugada de ayer en San Juan Chamula se vio a priistas y verdes estar presentes en esos eventos de inicio de precampaña, sin las concentraciones de antaño, pero que sí comprendieron acarreados porque de acuerdo con las crónicas indígenas hubo pocos, como las fotos que no se subieron ni a redes ni a portales de los impresos nacionales, porque en términos de baño de pueblo, el evento estuvo pobre.
Pero Meade lo dijo: voy de abajo, y para arriba, en busca de la presidencia.
Si se observaron a los aspirantes, ninguno mereció algo especial, pero todos fueron objeto de atención.
Nada que vislumbre quien es el posible, en un cuidado fino de no dar alas a nadie, Meade llegó como se fue sin hacer anuncios espectaculares a favor de nadie, ni siquiera del gobierno estatal, que cierra el año con varias malas en los medios informativos por la situación, precisamente de Los Altos, en Chalchihuitán.
Pero ya inició, y desde luego, sus adversarios le hacen el favor: los memes y demás ataques en las redes, solo le dan presencia que ya sabrá capitalizar su equipo.
El abanderado del PRI y el PVEM, no dijo nada que pudiera ser usado en su contra, que no sean las consabidas de que no se arredra, de que no hay frentes que le den frío, en alusión a las que encabezan el PAN y el Morena.
De lo demás nada.
Se vio a la vieja guardia priista, a la nueva del PVEM, pero ninguna luz en concreto que determine para dónde se puede inclinar la balanza que no sean las conjeturas propias de estos temas durante la campaña, y desde luego sus seguidores o adversarios alabando o descalificando el evento.
Un evento sin lustre, o a lo mejor empieza de abajo para arriba, desde los viajes en un avión comercial que es por ahora, porque posteriormente se tendrá que arrendar uno especial para el abanderado que no podrá esperarse a los horarios por desplazarse de una entidad a otra durante la campaña formal.
Es esa sí tuvieron razón los que cuestionaron el punto: un viaje comercial para la foto del Facebook, poco convincente.

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