Al Son del texto

Tina Rodríguez

Mientras en los partidos más representativos del estado, sus aspirantes tratan de mantenerse en vigencia, y mientras eso provoca un desgaste real entre sus relaciones políticas internas, que desde luego llega hasta sus seguidores, la verdad es que los llamados partidos bisagra solo esperan a ver cuál de todos, le ofrece mejor paquete.
No es particular de Chiapas esto, menos ahora en que se ha dicho por los propios dirigentes nacionales de los partidos, que se deben de apoyar las coaliciones y frentes, y al parecer eso es lo que va a imperar en la elección de 2018.
Pero el punto es que, por ejemplo, el llamado Frente Democrático Opositor entre el PRD y el PAN –que ya está casado- y el Movimiento Ciudadano, partidos con presencia y representación en el estado y las cámaras federales, podría aceptar la inclusión en las entidades de los partidos estatales o, del otro lado, en la alianza PRI, PVEM y PNA, que hicieran lo propio como pasó en 2012 en el estado.
Ya antes, entre priistas connotados se dieron incómodas posturas ante las exigencias del PVEM y en el colmo el PNA, en busca de más curules plurinominales por ir en conjunto en la boleta electoral, y ni se diga el encabezar la propiedad de la candidatura por el distrito, sin haber pasado por los desgastes que, por ejemplo, en Chiapas, se vivieron en el PRI y PVEM, y que fue necesario llamarlos a la prudencia interna, aunque no a la pasividad de sus intenciones.
O sea que sigue lo mismo, pero sin agredirse, y todavía se vio a panales y verdes y así respectivamente, en los informes de los legisladores federales respectivos como invitados de honor.
Nadie o muy pocos se la creyeron.
El punto es sí, dado lo competido que se esperan estos comicios en el ámbito nacional, y solo propuestas muy buenas por parte de la oposición en el nivel estatal, los partidos de mayor presencia ¿aceptarán regalarle posiciones legislativas a los partidos bisagras como pago de facturas?
Ya veremos, porque ese será sin duda otro boleto que sortear.