Senador Ernesto Javier Cordero Arroyo. Foto/lajornadadeoriente.com.mx.
AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

México vive en medio de una corrupción que no sería posible en los países del norte o Europa.
Es más, en no pocos países de América del Sur no pocos adelantados ya hubieran sido llamados para responder ante las autoridades electorales, por atentar en contra de la democracia, en la forma tan arbitraria e impune con que se hace, por ejemplo, en Chiapas.
Eso se llama corrupción en una de sus tantas expresiones o secuelas que, tantos daños le han hecho a México.
Leí que en torno al fiscal anti corrupción hay una discusión que es más de intereses partidistas que de razones de peso: en medio del escándalo en que está envuelto el presidente nacional del PAN por sus 300 millones de pesos que no sabe cómo explicar, está el que no le falta razón en torno a que, el fiscal anticorrupción debe ser independiente o sea autónomo de la PRG.
Como el obusman de derechos humanos, así, igualito.
Pero para el bloque panista que domina ya en senado con Ernesto Cordero a la cabeza, eso no es necesario, y puede que nada más por llevarle la contra a su adversario dentro de su partido, Cordero apoye una aberración: un fiscal anticorrupción que dependa de la PGR, o sea de gobernación, es decir, del ejecutivo federal.
Mejor que se quede como ésta todo.
Y eso aun Peña haya dicho en entrevista reciente a Ciro Gómez Leyva que “es un problema estructural de la sociedad mexicana, que sólo se solucionará cuando los sistemas judiciales se apliquen y sean asumidas como suyas por la sociedad”.
La verdad las denuncias están, videos, fotos que sube a las redes esa sociedad a que se refiere el presidente y nada. No pasa nada.
La impunidad reina en todas las entidades del país, en la que mencione, en esa, hay impunidad.
Eso sí, a diferencia de sus antecesores –y deberían tomar el ejemplo en las entidades- es que él dejará un sistema de transparencia mediante el cual se puede pedir cuentas a quienes integran todos los poderes en México, así como a las estructuras administrativas de los organismos autónomos e incluso a los sindicatos.
Esto cuando no se dan los bloqueos en esa farsa del instituto nacional de transparencia y acceso a la información pública y sus similares en los estados, cuyos funcionarios “dan el pitazo” a los funcionarios como le sucedió a un compañero que durante el sexenio de Sabines pidió información sobre Juan Carlos Cal y Mayor y su director lo paró: Es mi amigo”, le dijo.
¿Cómo supo el funcionario que fulano pidió datos sobre su desempeño en relaciones internacionales de entonces?
Y sin duda lo mismo puede pasar con ese Sistema Nacional Anticorrupción y su fiscal ni se diga, sino es autónomo.

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