AL SON DEL TEXTO

Al Son del Texto

Tina Rodríguez

Otra vez el asunto de los ex gobernadores con la extradición de Javier Duarte es tema de consumo mediático, y desde luego encabeza titulares en los medios impresos y electrónicos, y más con la entrada de trámite de amparo –aún no fallado a favor del inculpado- y canaliza a la situación de los demás ex gobernadores detenidos como Roberto Borge y Tomás Yarrington, además del aun prófugo, César Duarte Jarques.
Todos priístas, todos acusados de diferentes delitos, tres de ellos detenidos en el extranjero, y se supone que Duarte, el ex de Chihuahua, está escondido en EU.
La cosa es que lo bueno no es noticia porque no la hay, y lo que se emite a diario en este país son cosas relacionadas con la corrupción y desde luego la muerte ante la presencia del crimen organizado que, por todos lados, deja su estela violenta.
Así, las principales noticias en este país tienen que ver con presuntos delitos, y todavía aparecen ex funcionarios que en el ejercicio del poder público cometieron todo tipo de abusos.
Qué tan descompuesto está el sistema de justicia y fiscalización que hasta que se van del cargo, es cuando se pretende hacer justicia y no cuando cometían esos presuntos delitos.
¿Y qué con los que están en funciones y se van en 2018?
Hasta que estén en el extranjero se les va a soltar a la Interpol la solicitud de la ficha roja, que pueden tramitar desde ahora. Porque ni modos que no se den cuenta en gobernación, por ejemplo, de las andanzas torcidas de los gobernadores en funciones o, de lo contrario ¿para qué sirve esa oficina de Osorio Chong?
Ahora resulta que los mismos ex gobernadores se declaran inocentes de todo cargo y argumentan una persecución política que igual lo es, pues desprestigiaron al partido ya de por sí desprestigiado que les dio cobijo, y que como a los de ahora en funciones, en su momento no les dijeron nada pese a la queja popular en sus entidades respectivas de que estaban robado el dinero.
En su momento, Duarte de Ochoa fue protegido, incluso ya con licencia aprobada por su congreso estatal, y con tiempo para hacer maletas e irse a Guatemala por un buen tiempo, y hoy, hasta su suegro está amparado, un chiapaneco originario de Villaflores, y en el formato del aparato, queda claro que se protegen unos a otros, y como ahora, sorprende que se otorguen posibilidad de amparo ante falta de sustentación jurídica en la demanda aún se trate de un gobierno de otras siglas a la de Duarte, como lo es el del panista Miguel Angel Yunes Linares.
¿Cómo puede ser eso?
Pero reduzcamos eso a lo menos: México es visto como una nación de gobernantes corruptos, como un pueblo que se ha habituado a desenvolverse en ese ínter, y adoptado con mucho ese modo de corrupción.
Buenas cosas nos dan estos sátrapas.

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