AL SON DEL TEXTO

Al Son del Texto

Tina Rodríguez

Han sido más que visibles las asistencias que le han dedicado a Rutilio Escandón Cadenas, el magistrado presidente del tribunal de justicia del estado, que muy aparte de su trabajo en ese poder que ha merecido reconocimientos importantes, me queda claro que no se las dirigen por el cargo, sino por las intenciones políticas que no ha ocultado, y que se fueron incrementando desde que se hizo presente en febrero pasado, durante el acto que presidió en Tuxtla, Andrés Manuel López Obrador.
Porque de estar fallando en el tribunal, pues ya hubiera hecho lo necesario el gobernador del estado para removerlo, y aun los varios reflectores con que lo han enfocado, no ha sucedido así.
La última fue el rumor de cambios en el tribunal, por supuesta irritación de magistrados y en vez de que saliera una propuesta interna, filtraron el de Juan Oscar Trinidad Palacios, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cuyo nombre se mantuvo por gran parte del día de ayer sin más ánimo que el rumor mismo, como para sopesar no precisamente que sea éste, sino las reacciones que pudieran darse ante la versión del cambio de Escandón Cadenas, que es el objetivo de la intentona.
Porque quien le estorba a la oligarquía actual es el magistrado presidente, al que les decía, le han arriado una serie de golpeteos mediáticos que incluyó una encuesta el pasado fin de semana en la que lo colocaron en la tercera posición, para luego la versión de su posible salida de uno de los tres poderes del estado del que es el magistrado presidente, apenas reelecto por unanimidad.
¿Y luego?
Desde luego éste tipo manipuleos en el que caen muchos opinadores y ya ni se diga la opinión pública, no contribuye en nada, pues no se trata de remover a un responsable de ese poder, sino también el porqué, en momentos en que se da una seria polémica en torno a la nueva Ley de Justicia Penal impulsada por el Presidente Enrique Peña Nieto, y la realidad de que mucho delincuente pueda quedar en libertad al reducirse la calidad de los delitos graves, quedando solo siete tipificaciones.
No ha sido Chiapas entidad de los grandes delitos tan de moda como crimen organizado, peculado, aunque sí hay casos de trata de blancas y explotación infantil, tráfico de seres humanos y todos los demás del fuero común que emiten los Ministerios Públicos a veces –cuando quieren- poco sustentada y corresponde a los jueces dictar su resolución a partir de lo que le envían desde la procuración de justicia, y luego se dice que son los jueces cuando, no va por ahí.
La cosa es que el magistrado parece que fue el objetivo de ese manipuleo, pero de dónde ¿De los priistas?
Poco posible; ni siquiera pudiera venir de Juan Oscar Trinidad Palacios, en buena posición como para que en la recta final se quiera colocar en esa antesala de una candidatura que, no le van a dejar entrar en su partido, el PRI, a luces vistas que la quiere a golpes de muros y puertas, Roberto Albores Gleasson.
Le viene de dentro, desde luego, de la izquierda a la que pertenece, lo que vuelve a reiterar que, en esa tendencia política, sigue eso de para que llevarse bien y competir sanamente, si se pueden dar con todo, aun a costo de las siglas del partido en éste caso Morena, que de acuerdo a observaciones serias solo, no gana en Chiapas.
Menos con estos desfiguros.

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