AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

La tarde ayer se llevó a cabo el foro “A 64 años de voto femenino; avances y desafíos”, organizado por la REPARE, con la participación destacada de la Doctora Arely Burguete Cal y Mayor, la maestra Candelaria Rodríguez Sosa y la Maestra Tatiana Jiménez, bajo la moderación de las también Maestras Laura Utrilla Méndez y Elvira Aguilar Alvarez, que hablaron no solo de las cuestiones que han rodeado al voto femenino desde su aprobación, del avance aparente de la mujer en la política, sino también de todas las estrategias políticas que se han practicado para impedir se logre en los hechos, la Paridad, que ya es ley pero que han tratado de diluir o minimizar su alcance desde los partidos mismos, que practican un criterio sino machista, sí de dominio en las posiciones de elección.
En Chiapas, vivimos el suceso tremendo de 2015, en que fue necesaria la intervención del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación –a denuncia de la REPARE-, que obligó a aplicar la paridad en esa elección estatal, y que finalmente fue el origen de que el hoy INE, sancionara a los consejeros ciudadanos electorales de entonces, suspendiéndolos del cargo.
La solución fue, ya sabido, que las esposas de los candidatos a alcaldes ocuparán su lugar: esa vez solo nueve mujeres fueron propuestas de origen en las plantillas, las restantes, fue bajo orden del TRIFE, y las que ganaron la elección, son hoy alcaldesas que en su mayoría ejercen el poder con la sombra de sus esposos, por lo que es como un gobierno de sociedad marital, aunque son éstas las que tendrán que responder en caso de malas cuentas, mismo caso en los municipios en dónde la mujer ocupa el cargo de síndicas, las más de las veces presionadas a firmar los montos del ayuntamiento aún gastos excesivos de los munícipes.
Hay avances: 32 alcaldesas en Chiapas, todas con la posibilidad de reelegirse de acuerdo a la nueva ley que posibilita el hecho, aunque es poco posible que lo hagan en caso de que la busquen sus esposos.
Estos manipuleos entre otros como desplazar a funcionarias públicas en las decisiones de su campo, por instrucciones superiores, desplazarlas en las cámaras y asociaciones de bienes y servicios, o impedir su ascenso en la presidencia de los partidos y ya ni se diga en las candidaturas de gobierno, se ilustra con el hecho de que en México actualmente solo hay una gobernadora: Claudia Pavlovich, de Sonora, quien en su momento fue víctima de ataques infames a su persona y vida privada desde el gobierno panista de Guillermo Padrés –en manos de la ley por peculado-, insultos y denostaciones infames cosa que hoy ya está sancionado por la nueva ley electoral.
Con eso y toda la guerra sucia es evidente, y en el caso chiapaneco se ve en la persona de la diputada María Elena Orantes –y se verá en las que busquen caros de elección popular-, sobre todo en redes sociales, ante la posibilidad de que a través del MC pueda lograr su segunda participación en una elección a gobierno del estado, en el caso de que signe el acuerdo anunciado a nivel nacional de un frente común entre su partido, el PRD y el PAN.
La otra es que las alcaldesas existentes, estén realizando un buen trabajo, que satisfaga la demanda de sus gobernados, o quienes busquen diputaciones, hayan sido eficientes en sus cargos anteriores.
Porque una cosa es que sean mujeres con derechos y en cargo público, y otra que lo hagan bien, aun la sombra de sus esposos que fueron los candidatos originales al gobierno municipal en ese desordenado 2015.
Esa condición sin duda influirá en esos municipios, en especial en los indígenas, para volver a ejercer el voto a favor de las mujeres.

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