AL SON DEL TEXTO,  COLUMNAS

Al Son del Texto

Tina Rodríguez

Una lluvia atípica ayer por la tarde demostró que en muchos hogares no hay lo necesario en materia hidráulica para afrontar este tipo de eventos meteorológicos.Porque una cosa es la capacidad de captación pluvial que tengan los drenajes, y otra la calidad de instalaciones domiciliares para afrontar el problema, muchas veces derivado por cuestiones económicas en que no se invierte lo necesario para el flujo del agua de lluvia que como la de ayer, fue intensa.
Hasta granizó por minutos en la zona norte oriente de esta capital chiapaneca.
Pude percatarme en presencia de que hay así, muchas viviendas vulnerables, que sencillamente se anegan por falta de desagüe. Así de simple: la gente pierde mucho de sus pertenencias porque en sus domicilios o los que alquilan, no hay la capacidad de flujo de agua en algo que se tiene que hacer un alto, para valorar, porque luego los más culpan a la autoridad municipal y en su caso a Smapa, de algo que ya está dentro de la casa, y eso ya no es competencia institucional.
En una zona alta, como la norte-oriente, se registraron muchos daños materiales, pérdidas que pudieron no haber pasado, y desde luego, se trató de una lluvia atípica que puede volver a pasar en cualquier momento.
En muchas casas de alquiler de años, incluso vecindades, no se ha modernizado el flujo de desagüe. Hay incluso domicilios que están a un nivel más bajo que las aceras, y fueron desde luego inundadas, al igual las que tienen la mala suerte de estar junto a terrenos baldíos que se anegan.
Nos falta eso por ahí, como también el que cuando se reporten daños a las calles y avenidas, las autoridades del ramo acudan a remediar, aunque sea con ripio, los baches que quedan bajo las charcas de agua causando daños a automóviles.
Cada año suceden indistintamente daños a las arterías viales causadas por las lluvias, y en muchos casos son los vecinos los que los tapan y a alta de técnica, pues poco es el beneficio ante la precipitación pluvial como la de ayer, que nos vuelve a ubicar del poder del agua y su memoria.
La memoria del agua, a la que se refieren los ecologistas, naturalistas y geógrafos existe. Lo vemos en las calles pavimentadas en dónde antes fue descenso natural de afluentes de El Sabinal.
Pero ya está el concreto, las casas a los lados de lo que antes fue un arroyo, y muchos de hoy ni saben eso y se sorprenden de que de pronto, el agua baje por ahí con una fuerza tremenda que se lleva hasta los autos estacionados.
Con estas reacciones de la naturaleza no se puede, solo se dan, en distinto lugar, en lugares en donde los lugareños no habían visto y vivido algo semejante desde que tienen memoria.
Pero el agua no aparece así de la nada: hay un origen.

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