AL SON DEL TEXTO

Al Son del Texto

Tina Rodríguez

En varios impresos en el país, medios de comunicación nacionales e internacionales denunciaron “la ofensiva asesina” que han padecido los periodistas mexicanos en el ejercicio de investigar y difundir las actividades de la criminalidad, especialmente la generada por la narcodelincuencia en México, como si eso fuera algo nuevo, cuando esos homicidios se registran desde hace más de una década.
Ahora resulta que muy aparte de que asociaciones de periodistas que han denunciado desde hace años esos asesinatos y la impunidad en que se mantienen, los sitios de internet, periódicos, televisoras, radiodifusoras y agencias informativas le demandan al Estado garantizar el derecho a la información, por la seguridad de los periodistas mexicanos y de todo aquel que ejerce el periodismo en nuestro país.
¡Gracias!
Pero como que se dieron demasiado tarde ya cuando el asesinato a comunicadores que por lo general son sus empleados, tiene tiempo que sucede, y no ha habido un comunicado enlistado de su inconformidad por las ineficiencias de los protocolos y seguridad para periodistas ni antes ni ahora.
Eso sí, expresan en el texto publicado este miércoles que “la manifestación de las ideas no debe ser objeto de ninguna inquisición como un principio irrenunciable de la libertad de expresión y del ejercicio periodístico en México”.
Piden garantizar ejercicio periodístico
Es una frase que no lleva a nada y ni se espera que se esclarezcan los crímenes a reporteros, columnistas, analistas, muertos y que suman ya más de 105 homicidios. Además de unos quince desaparecidos.
Obvio condenan los asesinatos de periodistas mexicanos, y el Instituto Nacional Electoral llamó al Estado mexicano a que garantice el libre ejercicio periodístico en el país.
Por ejemplo, su consejero presidente, Lorenzo Córdova, aseguró que los crímenes contra los comunicadores, como el asesinato de Javier Valdez, son atentados contra la libertad de expresión y los valores de la democracia.
Lugar común: lo sabemos, pero su frase de lucimiento no lleva a esclarecer nada ni va a ser presión para la fiscalía especializada en nada, contra delitos a periodistas, porque es la fecha que esa oficina es solo un elefante blanco.
Ni los anteriores ni los más recientes homicidios a comunicadores han merecido avances significativos.
No vale ni la referencia presidencial: quieren resolver el problema sin periodistas, y ahora aparecen los empresarios, la verdad lo más distantes a los periodistas de a pie.

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