AL SON DEL TEXTO

Al Son del Texto  

Tina Rodríguez

Tenemos al menos ocho partidos nacionales con registro, y aun con eso lo que faltan son propuestas políticas desde éstos, y las más de las veces se la pasan en discursos descalificativos para con los otros. Evidentemente faltan propuestas; hay una faltad e credibilidad ciudadana en la clase política que no entiende que los baños de pueblo, en los momentos de regalar hasta rotoplas, no es precisamente credibilidad, es interés.}
No convocan a la convicción.
En el país no hay al momento quien explote los errores del gobierno, las imprecisiones del sistema que López Obrador.
Igual y tiene razón de buscar esa estrategia de marketing, pero de que es un activismo político adelantado ni duda.
¿A cuenta de que va a cuestionar a terceros de que hagan lo mismo?
Ya tiene presencia, en las calles, con una representatividad importante en el Congreso, así como en delegaciones y algunos municipios, solo le falta un estado para que se eleve la garza; igual la logra y eso también convendría al gobierno federal con eso de la pluralidad maquillada que vemos ahora.
La cosa es que se siente el portador de la verdad; López Obrador es tangible, desde su campaña en 2006 se han hecho realidad los escenarios que ha previsto con relación a la crisis económica, política y social de nuestro país, eso no implica que su propuesta —anterior y actual—, sea como él la llama, la salvación del pueblo.
La salvación no es populismo; es la creatividad, el ir para adelante como dicen ahora.
Sólo el pueblo puede salvar al pueblo: dice constantemente en sus discursos incendiarios de un país según esto en el caos. Él es parte de la clase política, él no es pueblo, sí ha demostrado tener una vida austera con relación a otros políticos, pero la gente que ha estado cerca de él, también ha caído en diversas ocasiones en los excesos que la vida política regala a los mortales dentro de los presupuestos partidistas.
Analizar a López Obrador es complejo, porque hay decenas de atacantes en su contra en los medios, como sí le tuvieran ira; muchos perdieron toda seriedad.
La realidad es que, son razonables y válidas las dudas con relación al origen de los recursos con los que vive a diario López Obrador, por mínimos que éstos sean, él y su séquito, que no son pocos: quince, en avión, dos o tres veces por semana.
La otra es que nunca ha aclarado de dónde y sus seguidores no le cuestionan eso.
También son razonables las dudas del porqué no se postuló para ser diputado federal en las pasadas elecciones, seguramente hubiese ocupado un escaño y desde este órgano legislativo, podría acercar a los hechos sus denuncias y propuestas. En política se insiste, no hay buenos ni malos, los políticos son seres humanos, unos mucho peores que otros pero todos con lo que su naturaleza implica.
El Tabasqueño no es el bueno ni el malo, no es el mesías ni el peligro para México, es un político más, que cuestiona las instituciones de la república pero si la logra tendrá que apegarse a ellas: ni puede ser metaconstitucional, y eso si gana en 2018, porque no hay otra: para allá va.

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