Desde arriba
La noticia de que se “bajó” en Chiapas a una aeronave con unos 450 kilos de cocaína valuada en 5 millones seiscientos mil dólares, se regó por las redacciones de los medios informativos del país, y obvio las redes sociales.
Se trata de un duro golpe al crimen organizado y al parecer el más importante hasta el momento en el sureste mexicano, considerado zona de paso de todo, incluyendo el tráfico de seres humanos.
Muy aparte de todo se aprecia que las medidas de seguridad en la frontera sur del país, están dando resultados, incluyendo el anuncio de la disminución del paso migrante, que en meses pasados se disparó aleatoriamente.
La aeronave fue abandonada en un predio rustico el municipio de Pijijiapan, ignorándose hacia dónde se dirigían, aunque se dieron cuenta de la persecución que le aplicaron a los narcotraficantes la Sedena y la Fuerza Aérea.
Pero ante la masacre en el Paso, Texas, Estados Unidos, en la que ocho mexicanos fueron acribillados por racismo, esta información pasó a segundo término, pero es de destacar, porque es en realidad de alto impacto en contra del crimen organizado que entró desde Guatemala al espacio aéreo mexicano.
