De reflectores

Muy aparte de que no es Chiapas la entidad más segura, aun lo sostenga quien el próximo encargado de la seguridad por parte de AMLO, lo que sí es verdad es que ese lugar lo ostenta Yucatán, desde hace muchos años.
Y es que en esa entidad no solo es la actitud del gobierno, sino también de la gente; en su sociedad ha rebotado la intención de penetración del crimen organizado, por lo que es un asunto de actitud popular.
En Chiapas, no pocos hechos rebelan que sí hay tal presencia, quizás no confrontada por ser zona de paso, poco conveniente para colapsarla, pero que de vez en vez reseña en cadáveres flotando en ríos y uno que otro ajusticiamiento, feminicidios entre otros signos como la detención de integrantes de Nueva Generación en Tuxtla, una bien organizada banda de trata en Los Altos, que la cosa de descuidarse va a seguir creciendo.
No, no es la entidad escenario violento como Guerrero o Veracruz, y sus emblemáticos puertos en donde la violencia y la corrupción permitieron el desarrollo del músculo criminal que hoy agobia a los puertos de Acapulco y al Jarocho.
La otra es que no va a ser con reconocimientos extranjeros o de organismos nacionales como se va a desarrollar el estado; si hay seguridad no hay incremento en la calidad de la vida; los bajos índices de desarrollo humano eclipsan cualquier optimismo aunque se para la foto.