Andrés Manuel López Obrador, candidato del partido MORENA. Foto: La Saga.
OPINIONES

Alta Tensión

José Luis Castillejos Ambrocio

La única fórmula posible-viable para derrotar en Chiapas a Andrés Manuel López Obrador, del partido MORENA, es que el PRI y el PVEM vayan en alianza, aunque no les acomode y aunque les irrite a los actuales poseedores de la franquicia política: Roberto Albores Gleason y Eduardo Ramírez Aguilar (ERA), respectivamente.
Si no van en alianza, pierden y perder Chiapas sería el golpe más contundente y la sepultura política para el gobernador Manuel Velasco Coello que perdería inmunidad e impunidad y lo colocaría, al término de su mandato, en el banquillo de los acusados y perseguidos políticos y con un pie en la cárcel si le prueban desvíos financieros.
En esa disputa, de Albores y Ramírez, por liderar el abanderamiento de los dos grupos políticos, el senador por Chiapas, Luis Armando Melgar amigo del candidato presidencial de la alianza PRI-PVEM, José Antonio Meade Kuribreña se puede hacer de ese espacio si recibe el beneplácito y aval del ex secretario de Hacienda con quien se le ha visto cerca en eventos políticos donde los otros dos no han figurado.
Melgar Bravo puede embonar y ser quien logre pactar y conciliar los intereses de los dos grupos que se disputan Chiapas. Sería un trance difícil, pero si quieren conservar a este estado como otrora bastión priísta y espacio del partido verde-ecologista no les queda de otra. Ir por separado será la sepultura política tanto de Albores Gleason como de Ramírez Aguilar.
Desde la óptica del priísmo chiapaneco si el candidato no lo pone el PRI optarán por ir solos y si desde el Comité Ejecutivo Nacional priísta respaldan a ERA, para cumplir el capricho de Velasco Coello, habrá una soterrada desbandada desde el ala dura tricolor que le va a pegar políticamente a Meade. De ahí que el bateador emergente puede ser Luis Armando Melgar para zanjar disputas.
“Lo importante es que tenemos que ir en alianza, aunque no les acomode (a los actores políticos) porque si no, perdemos”, alertó en declaraciones a este columnista una alta fuente política que requirió del anonimato.
El tema es ser competitivos para ganar y se gana sumando y los dos que no suman, restan.
A su vez el precandidato de MORENA, Rutilio Escandón Cadenas, actual presidente del Poder Judicial ni huele, ni hiede. No tiene estructura y menos presencia política en todos los rincones de Chiapas donde los otros candidatos sí lo tienen. Y su cacaraqueada reforma judicial no le alcanza para convencer al electorado.
Tampoco le alcanza el endoso de voto de Andrés Manuel López Obrador a quien le han hecho creer que su amigo puede ser el gobernador de Chiapas, pero en ese escenario tendría más votos AMLO si colocara a pitchar a Zoé Robledo, un joven político que tiene mucho techo para crecer, aunque, por ahora, tiene lejana la posibilidad de gobernar Chiapas.

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