No han cambiado los niveles de marginación en el medio rural y menos en el medio indígena. Foto: nvinoticias.com
AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

Desde luego que no han cambiado los niveles de marginación en el medio rural y menos en el medio indígena, complicado de sí no solo por sus usos y costumbres que ahora deben contemplarse, sino porque en su mayoría habitan en población dispersa en cerros y colinas, que encarecen mucho llevar hasta ellos los servicios elementales en una casa de hoy día, como son el agua potable y drenaje, energía eléctrica y comunicaciones.
Por el contrario, la insalubridad y el hacinamiento en espacios pequeños son la característica común en sus pequeñas casas de materiales naturales, no aptas para soportar los climas extremos, en especial en invierno.
Ciertamente el aparato acostumbró a millones de campesinos al paternalismo, aun con sus preocupantes secuelas, que generó una equívoca manipulación de su economía y con ello de su desarrollo; las propuestas regionales se sacrificaron con el tiempo por las ordenanzas del escritorio federal y sus proyectos y programas fallidos, que en un siglo desde la promulgación de la constitución no han logrado la autosuficiencia agrícola ni agropecuaria, pero si generaron espectaculares negocios a empresas de todo tipo propiedad de funcionarios y sus aliados, y desde luego, una cadena generacional de políticos que han explotado esa pobreza y necesidad hasta la fecha, al grado tal que a más de un siglo de la Revolución y a poco más de un año en que se conmemoró sin espectacularidad la promulgación de la incumplida constitución de 1917, seguimos en la misma: explotando la pobreza con fines políticos, apoyados en un neopopulismo que no puede ser bueno, porque no es integral.
En la última participación de rebeldía social a través del EZLN, el grupo indígena de Chiapas presentó una serie de planteamientos basados en el “mandar obedeciendo”, frase que implica a la democracia, la cual no se ha cumplido cabalmente en México pese a la serie de reformas aplicadas, y que en la entidad fueron una vergüenza expositora de la manipulación que se le puede dar a sus conceptos, y del evidente desplazamiento que sufre la mujer en la cuestión político electoral.
El caso es que, a 23 años del levantamiento armado, sigue esa pobreza y desplazamiento social en las zonas étnicas de este país.
Y negarlo no se puede. Es tan evidente como acudir a ellas y hacer un censo sencillo, para comprobar que poco se ha avanzado en solucionar tales grados de marginación.
¿Y entonces en dónde los triunfalismos de los funcionarios estatales que, seguramente, ya están preparando su correspondiente tarjeta informativa para que sea integrada al estado que guarda el estado de Chiapas en lo que supuestamente será el informe de gobierno 2017?
Buen sector de la población sino hambre, padece desnutrición, frío, privaciones enormes, y una tensión social dominada a base de reguladores que no siempre son efectivos; la inconformidad de vez en vez revienta a través de células si se quiere disímbolas y no relacionadas, pero que son una muestra de esa inconformidad que oficialmente llaman “aisladas”.
La realidad es que ya son una constante por toda la entidad y hay brotes que delatan esa falta de respuesta sea desde la federación o el gobierno de la entidad y ya ni se diga los munícipes, que obligan a los inconformes a manifestarse con recursos arbitrarios si se quiere, como bloquear carreteras o tomar edificios públicos, aun a riesgo de agresiones por parte de las propias autoridades que no “ilustran” a sus elementos a respetar el derecho de protesta, y en esto tenemos ejemplos tan relevantes como increíbles, como en Oxchuc o Chalchihuitán,  donde la inconformidad se reprime so pretexto de usos y costumbres violando la vigencia de la ley de manera tolerada por la autoridad estatal.
Así que no va a ser 2017 ese año pródigo; viene cargado de energía política con todo el elegir diputados y senadores, 13 diputados locales, nueve gobernador y unos mil trescientos alcaldes, incluyendo todo esto en entidades conflictivas.
A lo mejor por eso se recurre a medidas de distensión, de pobre calado, como la rebaja a las gasolinas, la no tenencia, que solo beneficia a unos cuantos sectores de la población, no a aquellos que siguen encerrados en la marginación y sin posibilidades de crecer.

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