El desastre en México representa el triple que el que vivió por ciclones EU. Foto/elsoldemexico.com.mx
AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

Debe existir en el censo de referencia cuantos hogares fueron dañados de alguna forma, y que están presididos por jefas de familia, esas mujeres nuestras que son padre y madre y que enfrentarían esta vez, un colapso muy fuerte a su ritmo de vida, lo que impactaría o ya impactó, en su capacidad.
Estas mujeres –pues el censo no se ha desglosado- merecen una observación distinta, pues en una familia integrada la labor de dos es fundamental para ir superando los desafíos, cosa distinta en la que, sola, aparte del cómo se desempeña para la manutención de su familia, no tiene mucho margen de acción sin un compañero de apoyo.
En medio de la emergencia pareciera pequeñez detenerse en esos detalles, pero conociendo la planeación de escritorio de los gobiernos y el deslizamiento que hoy vive la sensibilidad social en la política, no está de más recordar que las jefas de familia –que en Chiapas tenemos demasiadas- han preferido educar ciudadanos chiapanecos que buscarle padrastro, decisión que pareciera personal pero tiene su qué ver social, ya no negado por especialistas en este y otros puntos que comprenden a la familia.
Entendemos que hay poco presupuesto y que, a todos por igual, baste decir que el desastre en México representa el triple que el que vivió por ciclones EU, pero a diferencia allá sí disponen de los 90 mil de millones de dólares que cuestan las reparaciones, que son estratosféricos ante los 37 mil millones de pesos con que disponemos en México para, según palabras del presidente Peña, llegar a 2018 con lo más resuelto.
No alcanza, y va a ser un problema por toda la demagogia que se despliega en la utilización política de la desgracia.
Ya en Oaxaca señalan los damnificados que los 120 mil pesos para reconstruir sus casas es una miseria.
Y lo es.
Recuerda a lo que dijo el actual coordinador de los panistas en el senado, Ernesto Cordero, con aquello de que seis mil pesos era suficiente para que una familia ¡al mes! Viviera con dignidad.
Ni en ese entonces y menos ahora en esas regiones siniestradas en las que, los comerciantes vuelven a demostrar su vileza incrementando los costos de los productos.
Toda esa condición, situación, abusos, es peso doble para las madres jefas de familia en situación de afectada con su familia.
No es diferente a otras madres que, con compañero, de todos modos, primero los suyos que el beneficio propio, en algo que no deben desenfocar los que manejaron esos censos.

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