Al Son del texto
Tina Rodríguez
De acuerdo con ayuntamiento y luego de la inspección que refiere, la situación en Tuxtla Gutiérrez es entre los más importante aparecen más de 2 mil 449 viviendas con afectaciones parciales en 59 colonias, pero aparte 105 de viviendas con daño total.
Por aparte se vieron parcialmente afectadas 10 escuelas, ocho centros de salud, 24 edificios públicos y el Parque Bicentenario, todo eso también con afectaciones parciales.
Ya fuera de ello, pero también de interés público, 29 comercios de diversos giros, así como ocho hoteles, cinco restaurantes, una agencia de viajes y el Museo de la Marimba, también presentaron daños parciales.
No muertos; saldo blanco.
Entre las páginas web que consultaron mis hijos encontraron una versión japonesa que señalaba que a México “le fue muy bien” para un 8.4, que fue la escala que se manejó en un inicio, y aunque quedó en 8.2 ya es considerado en la escala de terremoto, porque del nueve y hasta el diez en la escala de Richter, el físico lo denominó “escala legendaria o apocalíptica”, y cuyos movimientos tectónicos serían semejantes a los referidos en imágenes de la película 2012, basada en la supuesta profecía Maya.
El daño estructural en tantas viviendas preocupa, y aunque la fortuna suerte o circunstancias beneficiaron a los tuxtlecos sin una sola defunción, ahora hay que canalizar esa bendición: hay que mejorar la estructura de las casas tuxtlecas e incluso en todo Chiapas, porque estamos en una zona sísmica que acaba de demostrarnos que en cualquier momento puede ser demoledora.
Igual a las campañas de culto a la imagen, de esas que aparecen por todos lados hasta en la bolsa de mandados y no se diga de despensas de ayuda humanitaria como las que entregó el gobernador panista Yunes en Coatzacoalcos –qué bárbaro, qué vileza-, a los damnificados por el ciclón “Katia”, así diciéndole a los ciudadanos de Chiapas –en espectaculares, prensa, radio- sobre la necesidad de reforzar sus viviendas, lentamente, con tiempo, pero que se haga.
Y es que tronaba hasta el piso, me comentó una vecina sobre el cómo parecía que se movía toda la casa, y ciertamente en la gran mayoría de viviendas en nuestra entidad no se contempló eso de “zona sísmica”.
A ver si en las que se construyan de ahora en adelante sí lo contemplen.
Al Son que me toquen
Desde luego que es preferible el abuso en la libertad de expresión que su censura; pero ese abuso es a todas luces criticable y a la vez exhibe a quiénes manipulan contenidos.
Experimentar los efectos de utilizar a modo la verdad o la mentira, no cambia la realidad, pues esta prevalece aun todos los maquillajes sociales por parte de los gobiernos. Pero a la vez, que sea la comunidad la que manipule contenidos, no la hace muy diferente a lo que hace el gobierno con sus versiones de la realidad social.
Bien estamos con mentiras a dos fuegos, como se ha leído y visto con esto del terremoto y sus réplicas.
