Al Son del Texto

Tina Rodríguez

A qué se deberá a que sea México el primer lugar de embarazo en adolescentes, esto según la Organización para la Cooperación para el Desarrollo Económico.
El dato de que el 20 por ciento de los embarazos en México se gestan en adolescentes nos lleva inmediatamente a la nula práctica de prevención, con todo lo que implica luego de una relación sexual.
Datos de la OCDE señalan que se incrementó de 30 a 37 por cada mil mujeres entre 2005 y 2011.
El documento de maras se llama Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014, y destacan que, entre los adolescentes de 15 a 19 años, 44.5% de las mujeres no utilizaron o exigieron algún método anticoncepción en su primera relación sexual, lo que significa el riesgo de quedar embarazada e incluso de infección.
Ya se ha escrito mucho de que en algunos casos hay adolescentes que físicamente no está preparada para la maternidad, debido a que aún está en la etapa de crecimiento y madurez física, por lo que su útero no se encuentra totalmente desarrollado, no cuenta con las dimensiones que tendrá en la vida adulta, por lo que el riesgo de aborto, parto antes del término y bebés con bajo peso representa la principal causa de desenlace perinatal adverso.
La otra es que, con el embarazo, su cuerpo sufre cambios y tiene un desgaste físico considerable por el crecimiento acelerado, esto aunado a la gestación llevará a que la mayoría crucen con trastornos alimentarios como anemia y malnutrición, que es cosa también bastante común en zonas pobres.
También hemos leído que los expertos recomiendan usar anticonceptivos desde la primera relación sexual, entre ellos está un anticonceptivo reversible de larga duración (LARC), un implante subdérmico, una varilla muy pequeña que el médico inserta debajo de la piel en el brazo de la mujer.
Pero si todo eso no se lo dicen a los muchachos en la casa ¿pues cómo?
Hablarle de sexo a la hija no es llevarla al hecho, lo es lo contrario: la duda.
El no hablar claro con las hijas e hijos del cómo prevenir es la causa de los descuidos, y eso se observa en las estadísticas, tan solo en México y si elevamos la vista a toda América Latina, tenemos a millones de niños que nacen por falta de información y en algunos casos, por tabús que aún no se pueden superar, como lo es la cuestión de la religiosidad, que es la única postura en la cual los métodos de prevención de la natalidad no pueden hacer nada.
Así que todos estos datos de la famosa OCDE, que son serios, reflejan el enorme compromiso social que significan tantos niños nacidos por descuido o desinformación, y que quedan a crianza de menores de edad, sin madurez y clara responsabilidad del compromiso que es un hijo o hija, y que bien puede corregirse hoy en día con tantos medios para informar del cómo prevenir embarazos.
Aún a desacuerdo de los que opinan “los hijos que Dios me dé”.