AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

La nación vuelve a ser noticia mundial no por sus políticos corruptos que se roban el dinero de los contribuyentes, no por su gobierno incompetente para garantizar la buena optimización de los recursos públicos, sino por el asesinato a periodistas por el crimen organizado que asola al país, lo que no pasa en zonas de guerra considerados por el pacto de Ginebra.

México se ha convertido en zona de inseguridad para ejercer el periodismo.
En eso nos hemos convertido desde hace décadas -casi treinta años-en una nación donde asesinar periodistas es parte del mosaico delincuencial.
Antes, hace años, el asesinato de un periodista tenía que ver con el poder.
Ahora lo es con el crimen organizado, que curiosamente no mata políticos, y hay que decirlo.
Se ocupa de los periodistas que se acercan demasiado no a sus actos menores o enfrentamientos, sino a los que investigan y se van enterando de las mafias y nexos que conforman las redes que componen los carteles.
Hay los que dicen en el colmo del institucionalismo ¿Por qué referirse al país y no a los delincuentes que los asesinaron? Cuando éstos son del país.
Resulta fuera de contexto que los primeros cinco asesinaros no llamaron la atención de la presidencia de la republica hasta que llegó a siete.
¿Porqué?
Con el primero registrado en enero en Guerrero era suficiente, porque abría el primer mes del año con la continuidad de homicidios a reporteros, porque tampoco las balas suben de nivel y se quedan en los periodistas de oficio y no en la clase empresarial.
Y también hay que decirlo.
La verdad y sin demagogia como los políticos, uno más para el gobierno es parte de la estadística que se agrega a la lista de muertos, y no observaban lo grave que resulta que, por ejercer una profesión en libertad, que tanto requiere el estado mexicano, vaya de por medio la vida misma, garantías constitucionales pisoteadas por la que tanto lucharon cientos de miles de mexicanos ayer y luchan hoy.
Por eso la parte en que el presidente dice que le van a dar más atribuciones o poder a la fiscalía adscrita a los periodistas en la Procuraduría General de la República da risa, no ha resuelto nada porque no tiene cómo, y que le cuesta demasiado dinero a la nación, mientras su nuevo titular anda de programa en programa televisivo hablando de lo que no va a resolver, pagando el espacio, claro.
Y ya en concreto: tiene tiempo que en ningún partido hay un compromiso con los periodistas en México, ya no digamos para preservar la libertad de expresión, ni siquiera para garantizarles la vida, sino por hacer valer lo que dice la ley, solo eso.
Como escribieran en las redes: “somos un país que mata a sus periodistas, somos una sociedad que no se siente alarmada porque les maten a sus periodistas, tenemos un gobierno al que no le importa que quienes ejercen el periodismo tengan el elemental derecho a la vida”.
Me atrevo a decir que hay quienes lo celebran si fueron cuestionados en algún momento por la víctima.

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