Departamento de Estado de EU dio a conocer que Chiapas y concretamente la zona norte hay riesgo para sus nacionales. Foto/diariolasamericas.com
AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

Luego de que el Departamento de Estado de EU diera a conocer que Chiapas y concretamente la zona norte de nuestro estado, es de riesgo para sus nacionales, se desató una polémica sobre el particular que no comprende violencia y sí inconformidad a modo y abuso de algunos grupos indígenas.
La violencia que se ha registrado en la región selva deriva de otro tipo de actividad entre delincuentes, que no ha alcanzado a civiles y no vive descomposiciones como en Veracruz o Guerrero, con secuestros y extorsiones a negocios, por ejemplo, no, se trata de otra cuestión.
Es muy común que en el tramo San Cristóbal-Palenque, aparte de los topes ilegales que ponen los indígenas para según esto seguridad, aparecen bloqueos a la vialidad para cobrar el paso vehicular, lo que es fuera de la ley y atenta contra el once constitucional de libre tránsito.
No conforme con esto, los señores “inconformes”, aplican sus usos y costumbres que no son más que prepotencia y violación a los derechos humanos en total impunidad, y a los que se reúsan a pagar sencillamente los bajan del auto, y los despojan de todo, y en el caso de extranjeros se les pasa la mano en insultos y empujones.
Eso es lo que ha sucedido y lo que han reportado a lo largo de todo este sexenio los turistas que, contrario a México, reciben formatos de denuncia en caso de verse agredidos de alguna forma en el extranjero.
La región de Palenque tiene años que padece de esa situación de bloqueos y cobros indebidos, que se ha ido generalizando ya en cualquier bloqueo carretero, lo que es un delito que debe terminar, porque esas recomendaciones de EU no solo la registran los nacionales de ese país, sino también las agencias de viajes de todo el mundo.
Extraña que, pese a las denuncias y demás quejas de los viajeros, las autoridades no le apliquen la ley que, si les aplicarían a civiles mestizos, mientras a modo de sus “usos y costumbres” grupos de no pocos indígenas de ese tramo carretero delinquen, esa es la verdad.
Igual y tienen problemas, pero porque tienen que pagar las consecuencias de ello los viajeros y en la secuela, los prestadores de bienes y servicios turísticos que pueden padecer mermas que ocasionarán despidos ante la posible falta de visitantes.
¿Así es la protesta?
La cuestión es que la constante de abusos en esos bloqueos es el origen de las advertencias del departamento de estado del país vecino, y desde luego la descripción de los ya conocidos excesos de los indígenas bajo el pretexto de que están pobres, inconformes y quieren como sea, paga.

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