OPINIONES

Secreto Público

Mario Tassías

Las “campañas disfrazadas” de los políticos chiapanecos, en alguna medida han dejado de sorprendernos. Se ha vuelto una mala costumbre y esa práctica habitual deja en estado de indefensión al ciudadano que en 2018, emitirá su voto para elegir al sustituto de quien durante 6 años estuvo en campaña.
En entrevista con el periodista Elio Henríquez Tobar de La Foja Coleta (martes 20 de junio de 2017. N° 2-1111. Año 18. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. México), el obispo de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel refirió que cuando tiene oportunidad de platicar con algunos de ellos, “siempre les pregunto qué les mueve para aspirar a ser gobernadores y casi todos me responden que es porque aman a Chiapas, que quieren hacer algo por su estado y que consideran tener opciones válidas para resolver los variados problemas”.
Si amar a Chiapas, significa contaminar de anuncios los pueblos y ciudades, con dinero del erario, ya estamos mal.
La realidad nos confronta todos los días. Los indicadores de carencias sociales presentado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, nos revelan, conservadoramente, que Chiapas es uno de los estados con el 30% de rezago educativo; que el 18.8% de población carece de servicios de salud. Que la población carente de calidad y espacios en la vivienda, alcanza 28.9%; que el acceso a la alimentación es del 25%; que el 81.2% está falto de la seguridad social y que el 54.6% no tiene acceso a servicios básicos de vivienda. Sin tomar en cuenta la delincuencia y la corrupción, que entran en otra sección.
Si bien es cierto que la ley prohíbe la propaganda explícita, estos políticos inescrupulosos, por decir lo menos, ya le dieron la vuelta, “vivo dirán que son” y con el disfraz de publicar sus logros muestran rostros, nombres, siglas, fundaciones y otras expresiones que enuncian que están en plena campaña en busca del cargo que les sostenga el tren de vida sexenal. Cuentan con operadores que laboran tras mano y mueven a la gente que acude a sus reuniones donde claramente el discurso sería anodino, sino fuera porque se pesa con miras electorales.
Qué se le puede decir a quienes no se explican tanto despilfarro frente a las carencias básicas. Discernir, distinguir y valorar los hechos, quizá sea demasiado para quien carece de elementos de juicio. Ya ve cómo en el pasado reciente, muchos votaron por el más guapo.
Las “campañas disfrazadas” están en apogeo y falta mucho o poco, según se vea, para las elecciones de 2018. Aprender a ser críticos y a no dejarse sobornar por dádivas sea por dinero en efectivo, sea por regalos, pide el obispo, “pareciera que el mejor candidato es quien regala más dinero y más cosas, y eso es falso y demagógico”.

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