A voto pequeño
Los ciudadanos ya no perdonan; o le dan un giro a la elección o de plano no votan.
Menos toleran los abusos de los gobernadores en funciones, y el punto es que se la cobran a sus partidos, como se ha visto en no pocas entidades en dónde, partidos como el PRD, PAN o el PRI, han perdido la siguiente elección po los excesos de sus gobernadores.
De ésta manera, robos, saqueos e ineficiencia, son los puntos angulares por lo que ciudadanos cambian las siglas en el poder.
Así sucedió en Michoacán, Guerrero y Sonora, entidades en donde gobernaban el PRI, el PD y el PAN respectivamente, y el escenario político cambió al PRD para el primero y los dos siguientes para el PRI, en medio de escándalos de narcotráfico, negligencia y corrupción.
Igual en los 12 estados en los que se realizaron comicios estatales en 2016, en las que al menos en tres estados ya se tenía claro que Javier Duarte de Ochoa, Roberto Borge y César Duarte, gobernadores priistas de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua, perderían la elección ante el PAN/PRD, ante los escándalos de robo y corrupción en esas entidades.
Pero hubo otras en las que se vio el cambio de siglas: Tamaulipas; Durango y Aguascalientes, sin más señalamientos que gobernantes priistas que no supieron cumplir.
El punto es que indistintas siglas, los pocos electores que votan deciden ya sin los viejos esquemas de dominio o manipulación del voto; ya no existe el corporativismo, el clientelismo, y puede haber sorpresas en las diez entidades a elegir mandatario en 2018, incluyendo a Chiapas.
