De protocolos
No es el primer presidente de México que habla sobre mejores condiciones para ejercer la libertad de expresión, y se lamenta la muerte de periodistas durante su gobierno.
Lo hizo antes Vicente Fox, y Felipe Calderón y aún hay desde sus gobiernos asesinatos de periodistas impunes, para confiar que, por el cambio de fiscal para delitos en contra de periodistas, y porqué él se refiera personalmente a los casos recientes, se resuelvan los homicidios.
No es suficiente ya la voz presidencial.
Antes bastaba para que todo el aparato se movilizara y se resolvieran los problemas no sin sacrificados, pero ahora no cae nadie de sus cargos por el asesinato tremendo y la cantidad de siente ajusticiados en cinco meses del año, y cuyo porcentaje revela que no hay garantías para ejercer la libertad de expresión en este país.
Mientras las organizaciones de periodistas siguen manifestándose para tener esas garantías, mientras el gobierno federal sigue diciendo que ahora sí va a ser en serio, diseñando programas y protocolos sin contemplar a periodistas, que son los que saben el intríngulis de su oficio.
Por eso para muchos fue mucho escenario el que presidió en presidente, para tan magros logros que va a obtener con éstos siete nueve casos, y 115 que anteceden este año.
