AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

Nada inquietos deben estar los legisladores chiapanecos federales ante sus representados, aun el hecho de que de su trabajo poco se sabe, salvo lo que les permiten en el oficialismo extremo que se practica, en el que se cuida que no se den filtros que pudieran perjudicar la imagen conjunta del estado, como ha pasado, con la suerte que no ha salido de entre ellos, exponiendo asuntos nuestros en el legislativo de Reforma.
Y es que el problema en el estado no es que se conozca la verdad, sino el por qué se originó el problema, casi siempre por la mano partidista o de altos funcionarios servilistas que no entienden que eso del culto a la imagen en unidireccional ya no funciona, porque tiene años obsoleto –fue usanza nazi-, en la que el jefe del estado es el que idea todo, el que instrumenta todo, el que diseña todo: “de acuerdo a las instrucciones del gobernador del estado”.
Nos queda perfectamente claro que no.
Pero es una forma en que los funcionarios menores, desde sus propios secretarios de gabinete, se acuerpan para que no les caigan tan directas las pedradas y la crítica de los ciudadanos, y más en las redes sociales en dónde los más son lapidarios en vez de analíticos, y mantienen la idea de que “porque le pagamos, no tienen derecho a vida privada ni tampoco los integrantes de su familia”, y son vilipendiados cuando no acusados sin prueba alguna, aunque insistimos: hay corrupción, presente, desde el uso discrecional de unidades motoras y gasolina gubernamental.
Mientras eso sucede los diputados federales son unos desconocidos incluso hasta para los que votaron por ellos; se mantienen de bajo perfil para no incurrir en errores, y no vierten opiniones de nada como si no pasara nada en la entidad, y es la fecha que no han hecho pronunciamiento alguno por el desastre económico que generan paros y tomas de edificios, bloqueos y suspensión de clases.
Y eso que se dicen nuestros representantes populares en las máximas tribunas de la nación.
Observamos a los senadores, de tres siglas distintas, señalar que no aprobaron la reforma educativa, más en la tendencia de contar con ese apoyo magisterial y sus seguidores que son sufragios, que por estar de acuerdo con ellos propiamente.
De esta manera Melgar del PVEM, Robledo del PRD y Albores del PRI están más en campaña que representando los intereses de Chiapas.
Bonita representación: deberían subir una foto de todos juntos, abrir una página en las redes, para saber de ellos, pues el único que lo hace de manera individual y a riesgo, es Emilio Salazar del PVEM.
El diputado Salazar más reconocido que atacado, expone, polemiza, se defiende o aclara paradas; del partido gobernante, carga su parte de culpas. Ni modos, así es esto en el hígado popular, en que todos son cortados con el mismo racero político, a partir de los yerros o aciertos del mandatario en turno, en éste caso Manuel Velasco.
Al Son que me toquen…
Y ya que apareció el joven jefe del ejecutivo estatal y su gobierno cuestionado, es claro que hay los que piden su renuncia; lo mismo pasa con el alcalde de Tuxtla Gutiérrez o el presidente de México.
No va a suceder.
Si hay un gobernador que no lo quieren ni en su partido es el de Veracruz, y no lo pueden sacar. No lo hicieron aun el riesgo de perder esa entidad como sucedió en las pasadas elecciones, y eso que es la tercera en el rango electoral del país, luego de Ciudad de México y Edomex.
Así que no se desgañite.
Otra cosa es exigirle que llamen a su pueblo como lo hizo en campaña, para exponer qué sucede realmente con los dineros de Chiapas, no que se atrinchera en su status de gobernador rodeado de esa esfera que lo distancia del Chiapas al que supuestamente, él une.

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