AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

¿Y cuál será la intensión de los reaccionarios en pedir que el gobierno aplique el estado de derecho, que no es otra cosa que la fuerza pública, en contra de la CNTE?
Será que el ala reaccionaria del mundo empresarial se está imponiendo dentro de ésta, para que se aplique el autoritarismo de estado disfrazado de Estado de Derecho, mientras se dan distractores como la posibilidad de liberación de dirigentes de la sección 22 de Oaxaca, una vez paguen la fianza que les obsequió el juez de referencia.
Pero la cosa es que mientras el judicial da muestras de flexibilidad para con esos dirigentes oaxaqueños, admite la ira acumulada de los empresarios en torno a la CNTE y su movilización, acusando al Estado Mexicano de no hacer valer la ley, en especial la Ley de Vías Generales de Comunicación, en condición de atentado, y desde luego violación al once constitucional, que tiene que ver directamente con el derecho de transito de los mexicanos.
La otra es que es cierto que la CNTE es un grupo minoritario, y que doscientos mil que pudieran ser no pueden colapsar los intereses de los pueblos de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, porque sería permitir un asunto desproporcional, que no demoraría en merecer reacciones por parte de civiles, cansados de todas las pérdidas que han ocasionado, por una lucha laboral que no les importa, no solo por el desprestigio que tienen los mentores, sino también porque a los ciudadanos en realidad ya no les interesa esa lucha gremial, desarticulada del orden cotidiano del trabajo de terceros, del derecho de terceros, del beneficio de terceros.
La CNTE ve por lo suyo, como los empresarios demandantes, que no observan que una confrontación entre CNTE y policías no va a traer nada bueno, y puede generar reacción de grupos antagónicos a la federación, al PRI, que los hay.
Lo ideal es negociar, flexiblemente, coincidentes en un mismo punto: no afectar los derechos laborales del magisterio, no ser jueces severos cuando la SEP es un nido de corrupción desde hace sexenios, la que tiene el dinero, la que lo manipula, la que da las concesiones de construcción, la que nombra funcionarios en sus delegaciones, la que se confabula con las secretarias del ramo en cada entidad, la mitad de la mala calidad de la educación en éste país.
No solo el magisterio tiene que ver en ese flagelo.
Obvio es que, al imponer criterios sin consultar a esa base, provoca confrontación.
Esto es que sabían que era un riego ¿Medido? ¿Para qué? ¿A quién beneficiaba eso?
Obvio es que razonaron la reacción, pero no la dimensión de la misma, y menos las consecuencias que representaría para los civiles, para los ajenos, para los que han resentido las pérdidas de una imposición más de los gobiernos mexicanos.

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