AL SON DEL TEXTO

Al Son del texto

Tina Rodríguez

Como muchas cosas en éste país, algunas decisiones sobre pasan la capacidad de pago de los gobiernos estatales o municipales, y colocan en situación incómoda a la sociedad, porque al final de cuentas los que padecen las consecuencias de los errores administrativos, somos nosotros los ciudadanos.
El caso Proactiva es reflejo de ello.
Una deuda de 150 millones de pesos es una cifra disparada, que no cabe en la idea de miles, y menos el cómo una empresa que se dedica a recoger desechos que todavía aprovecha, puede ganar tales cifras.
Sin embargo una serie de quejas y cuestionamientos se han dejado ver por las redes sociales en contra de Proactiva, porque la transnacional española dejó de recoger basura en la capital del estado, por lo que la basura al aire libre está llenando de olores fétidos la ciudad.
Pero muy aparte de ese incómodo olor, están los riesgos de infección ante la descomposición de desecho orgánico que no pocos ciudadanos irresponsables, tiran sin el menor cuidado en la vía pública, sin colocarlos en una bolsa plástica.
Solo sucede y eso es riesgo.
Muy aparte de la contaminación que genera ésta empresa, la verdad es que sin el equipo necesario, no solo el problema es la recolección, sino también el qué hacer o dónde colocar esos desechos si la empresa se va, pues obvio no se cuenta con las fundidoras y separadoras de la sede de Proactiva, y a algún se tendrán que llevar los desechos en un aspecto “técnico” del que nadie habla.
De lo que sí se habla es de “¡Fuera Proactiva!”, sin observar que a esa empresa se le debe mucho dinero, y rescindir el contrato, ocasionaría una multa de mil millones de pesos de acuerdo a una cláusula ventajosa que se supone comprende el contrato firmado en el pasado sexenio.
Desde luego el municipio tuxtleco no tiene ese dinero; sino paga la deuda normal, menos la multa. Pero pese a todo permanece una pregunta: ¿Por qué Proactiva no resolvió la contaminación que ocasionaba? Esto en el entendido de que sus ejecutivos deben de tener un mínimo de sensibilidad política, ante un gobierno municipal emanado del Partido Verde Ecologista. Es decir que ante las acusaciones con pruebas irrefutables, por cuestión medular el gobierno municipal estuvo obligado a reaccionar y las relaciones se llenaron de asperezas.
Desde luego que el pretexto valido de la empresa recolectora es que no le pagan, que le deben muchas decenas de millones de pesos, lo que si es cierto, como lo es el hecho de que ésta empresa contamina la zona en dónde tiene sus instalaciones, por lo que es también válida la protesta ambiental.
Porque aunque no se crea mucha gente está de acuerdo en que la empresa se vaya, sin calcular el problema sanitario que ello comprendería, mientras se resuelve qué estrategia aplicar en corto plazo.

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