Al Son del texto

Nos deja a veces sin qué decir lo que se ve y lee en las redes sociales.
Pero es la opinión pública, casi siempre descalificando a los políticos, y desde luego, mostrando su inconformidad por asuntos urbanos, laborales, políticos.
Pero eso es otra cosa que caer en los insultos, que la verdad no muestra nada, o a lo mejor sí, que es que el sujeto de ataques tiene presencia, o muestra la posibilidad de crecer en el periodo de contienda.
Nada es gratuito en política, y de la misma manera en que de pronto hay una lluvia de cosas a favor de Meade, como cosas en contra de López Obrador, es claro que eso es financiado al grado tal de que por ahí se publicó que el neo priista estaba muy cerca de las estadísticas que pone de puntero al tabasqueño.
¿En unos cuantos días?
La maquinaria priista se encargó de atiborrar la sede del PRI nacional el día del registro del nieto del fundador del PAN, que es cosa que poco se sabe o no se dice, y de ahí que Ernesto Cordero señalara que los panistas pueden optar incluso por el voto útil, refiriéndose a que no son pocos los panistas, sobre todo empresarios, que no ven para nada mal al ex secretario de hacienda.
La guerra sucia en los medios informativos es financiada, no hay de otra: grupos políticos intra partidos por ahora, ya luego vendrán los ataques a adversarios en campaña; saltan desde luego personajes, como María Elena Orantes, por ahora la única mujer visible que busca nuevamente la gubernatura, y a la que han acusado de todo sin comprobar nada más que especulaciones, pasando por alto que la hoy diputada nunca ha estado en puesto de decisión de gobierno pues en los últimos quince años ha sido solo legisladora, local y federal.
Pero así es la cuestión, sea misoginia u oposición a un aspirante, lo visible no se niega: la guerra sucia está al alza, sin propuesta, sin más argumentos que demeritar la imagen de determinado aspirante, aun su paso por otros cargos haya sido reconocido, como el caso de Eduardo Ramírez Aguilar, como alcalde y luego como secretario de Gobierno, paso en el que no se registraron hechos tan fuera de orden social como ahora.
De todos modos, es enfocado, al igual que otros tantos que están en la mira una vez que sea el momento, y en esto apunto a los independientes, que como Pablo Salazar Mendiguchía si logra su registro como candidato al senado, sabe será objeto de todo tipo de ataques, en un riesgo ya medido.
Eso es lo que menos importa al contendiente contrario, que busca ganar como sea, aun sea poco ético.
Y lo peor es que caemos en esos morbos, esa estrategia, y participamos activamente en la desacreditación de la política que más que la verdad no nos ha dejado satisfechos como ciudadanos, y pasamos a formar parte de eso, la guerra sucia.