Al Son del texto

Tina Rodríguez

En la medida en que se ha ido dando la obra pública en la capital del  estado, se ha observado en efecto pavimentación y bacheo en calles de siempre olvidada por las administraciones pasadas, y no ha merecido el reconocimiento por parte de quienes se ocuparon en denostar al actual alcalde Fernando Castellanos Cal y Mayor.
Luego de ser atacado hasta en su familia, éste joven que se ha dedicado a trabajar sin rencor alguno; obvio sabe en qué zonas perdió la elección: no por ello ha sido selectivo. Por toda la ciudad se ve la presencia –que es lo más importante- del ayuntamiento en materia de seguridad, agua potable, alumbrado, pavimentación e insisto, bacheo.
Hasta la cultura está mereciendo un importante impulso –con el joven también, Samuel Revueltas a todo lo que da- o en tránsito –con el amigo Carlos Esquinca, por las calles-, además de limpia pública a la hora y en las fechas de referencia, en aras de la salubridad públicas.
Así, deporte con Luis Humberto Maza Suárez en pleno auge o la jefa en los milagros financieros, Cristina Palomeque, o mí amiga estimadísima, Enriqueta Burelo Melgar, cuya designación fue bien recibida en el activismo entre mujeres.
En solo cien días, no pierdan la brújula, la buena disposición por la atención pública desde los jueves ciudadanos, y la respuesta rápida a problemas enmarañados más por los intereses grupales que por la dificultad administrativa, se han ido resolviendo con prontitud que su situación jurídica lo permite.
O sea que el alcalde tuxtleco y su equipo está a la altura de la demanda social y con lo que tiene a mano –porque aún no llegan los presupuestos-, como no se daba desde hace mucho tiempo.
Ojalá se mantenga ese ritmo, porque será notorio cuando se dé lo contrario y no tendremos otra que señalarlo como ciudadana y columnista en éste su Expreso Chiapas.
Al Son que me toquen…
La conocida fiesta grande, está en su apogeo en Chiapa de Corzo.
Dicen los locales que está mal organizada; que hay omisiones más por ignorancia que por falta de recursos.
El caso es que atrae a decenas de miles de turistas y desde luego, lo primero que se ve son los stand de trago, en vez que las cuestiones tradicionales de un municipio emblemático del estado.
Ahora sí que la cultura se fractura.
De todos modos asistiremos a ver lo que hay.