Tina Rodríguez
Cada periodo electoral, en todos los partidos se dice lo mismo, en una cantaleta ya sabida por los ciudadanos con eso de que “primero los programas, después el candidato”.
No pasa eso, lo sabemos: las propuestas ante el discurso vano de las asambleas partidistas y luego la designación de candidatos, es pura negociación cupular.
Los panistas y perredistas continúan en la pepena de recolección de siglas y organismos que deseen formar parte del gran frente opositor, con el que planean enfrentar al candidato del PRI y, especialmente, al de Morena, que ya definió será Andrés Manuel López Obrador su candidato presidencial sin consulta ni nada, porque si la hace será un esquema de figura formal en la que saldrá quien ya se sabe: el tabasqueño.
Ellos, los de Morena, no entran en esa dinámica de primero el programa y después el hombre, ellos ya lo tienen en la figura conocida. El alto mando de Morena que preside el propio Andrés Manuel ya se decantó a favor del mismo, para ungirlo como su candidato y permitirle que participe por tercera ocasión como abanderado presidencial, aun se diera una consulta a las bases, la que es innecesaria.
Hoy es el único personaje que se puede definir como candidato de un partido, aunque no sean los tiempos para hacerlo, lo que lo mantiene por encima de partidos y prospectos, mientras los otros partidos seguirán como señalamos al principio: primero el plan y luego el candidato, en un asunto en que ya lleva delantera a los otros que las quieren, y que salvo panistas y una priista decidieron entrarle de una vez.
Los priistas se mantienen en bajo perfil; los nombres se dicen, pero los nombrados no se aceleran.
¿Esperan los tiempos?
Esos tiempos que nadie respeta, y que los atan porque son el partido en el gobierno y el que debe poner el ejemplo de respeto a la legalidad.
Mientras los demás, se apuran, se exhiben, exponen y componen lo necesario, para que sus aspirantes se luzcan.
Los priistas tienen varios prospectos, mencionados más por los medios que por ellos, salvo los encargos: Osorio Chong, Meade Kuribreña, Aurelio Nuño, Videgaray Caso, y por la vieja guardia priista, Beltrones y Padrón.
¿Quién de ellos?
Todos y ninguno.
La vieja máxima priista: el que se mueve no sale en la foto.
Al Son que me toquen
Una guarura de Rafael Moreno Valle agredió a un reportero en Tapachula.
Realmente es complejo determinar si fue instrucción del ex mandatario poblano porque no le conviene para nada, esa imagen que se hace viral, en una constante de que o políticos o sus auxiliares, agreden a los reporteros que solo buscan conseguir esa nota diferente a la del resto.
Extraña porque esos señores guardaespaldas saben de lo delicado que es en materia de imagen agredir a un reportero, pero este señor lo hizo y la pregunta surge: ¿le ordenó el poblano que nadie se le acercara?
Y ya la verdad en frío es que ese y la guarura que sea, solo cumple órdenes.