‘Tenemos miedo de que el amor se acabe, el amor nos asusta’: Martín Kohan

. El escritor argentino entrega un libro de relatos que recrean sentimientos como el amor, los celos y el desamor

Uno se enamora, tenemos miedo de que el amor se acabe, el amor nos asusta, qué es la plenitud del amor, qué pasa cuando nos dejan de querer, qué podemos hacer. Éstos son algunos de los temas que nutren los relatos del libro Nueve cuentos (Pollo Blanco), del argentino Martín Kohan (1967).

Pueden ser los tópicos más tradicionales, pero en ellos vivimos la claridad de lo inapelable”, comenta en entrevista el narrador cuya obra retrata además la vida en el campo y en la ciudad, los conflictos existenciales contemporáneo, los celos, la violencia y el azar.

Juego con lo que se saben y con lo que no se saben los personajes. Algo que me interesa es cuando los personajes no saben algo, pero el lector sí. Me gusta esa posibilidad de dosificar, entre el narrador, los personajes y el lector”, agrega.

El también novelista admite que su escritura “es mucho más despojada al escribir cuentos que al crear novelas, menos barroca. Sin embargo, en ese despojamiento hay algo enigmático. En algunos casos se termina develando, y en otro se mantiene como enigma. Algunos de estos cuentos tienen su tensión narrativa y su resolución, en espera de ese desencadenamiento que no llega”.

Dice que le gusta pensar que está proponiendo una estructura moderna del género. “En el cuento, la cosa no siempre funciona como en el boxeo, porque hay algo con la convención y el final inesperado, que sería una clave para un formato más tradicional. Sólo que cuando el final inesperado se vuelve convencional ya deja de ser inesperado.

Eso ayuda a romper con las formas más cristalizadas del género, el formato más fosilizado. Estos cuentos, dentro de ciertas marcas de estilo, están ensamblados y al mismo tiempo cada cuento tiene su fórmula, no se repiten entre sí”.

Kahan dice que encuentra libertad tanto en la novela como en el cuento. “Pero hay distintas formas de gestionar esa libertad. Las libertades no son todas iguales. Uno tiene que hacerse responsable de esa libertad.

A veces las ideas vienen caminando por la calle, a veces la misma idea del cuento puede ser para una novela. Me parece que los cuentos están más ligados a una escena cargada de una determinada intensidad o connotación y que hay que establecer si esa escena tiende a la contracción o a la expansión. Cada elemento que agregas en el ejercicio de la libertad es a la vez

un límite”.

El autor de Ciencias morales, Bahía blanca y Museo de la Revolución, entre otras, se alegra que por primera vez una editorial mexicana publique su obra, que ya había llegado al país mediante otros sellos. (Excélsior)