Alicia Bárcena señaló que la pérdida de empleos formales resultó en 14 por ciento durante el segundo trimestre de 2020. Foto José Antonio López
FINANZAS

47 millones de personas perderán sus empleos por Covid-19: Cepal

Ciudad de México – La crisis por la pandemia de Covid-19 ha resultado en una “masiva pérdida de empleos” que llegará a 47 millones de personas, mientras tanto sus daños se han focalizado en los jóvenes y las mujeres, dieron a conocer la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“La pandemia, no cabe duda, tuvo efectos estructurales en los mercados de trabajo en forma muy importante”, sostuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal. La pérdida de empleos formales resultó en 14 por ciento durante el segundo trimestre de 2020 y en esta ocasión las ocupaciones informales no han servido como recurso de contención, dado que se redujeron 25 por ciento, amplió en conferencia de prensa.

Las expectativas del mercado laboral están atadas a una actividad económica que este año se estima caiga 9.1 por ciento, un ingreso por habitante cuyo revés encarna una década perdida y pobreza extrema que llegará a 96 millones de personas, así como la extinción de 2 millones 700 empresas, de acuerdo con estimados de la Cepal.

Bajo dicho contexto, las políticas de distanciamiento físico y restricciones a la movilidad han limitado las perspectivas de empleo, abundó Bárcena. De hecho, se estima una pérdida de ingresos laborales de 19.3 por ciento en los primeros tres trimestres del año. Sumado a ello, 2021 se enfila a crecer el desempleo dado el desánimo entre los trabajadores por las condiciones económicas.

Vinicius Pinheiro, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, advirtió que se debe atender sobre todos los rezagos en el empleo de los jóvenes. Entre la población de 15 a 24 años el empleo se redujo 7.8 por ciento en el segundo trimestre del año y para la mayor de 25 años fue de 7.3 por ciento.

Explicó que toda perspectiva para estos eventuales trabajadores fue afectada por la pandemia: la educación, el acceso a un primer empleo y la posibilidad de renovar contratos temporales y de prueba. “Largos períodos de inactividad dejan cicatrices en la trayectoria laboral: más informalidad y mayor exclusión en el mercado laboral a futuro”, manifestó.

La región ya arrastraba el descontento de este grupo por las oportunidades que les dejaba el sistema económico y ahora “si la máquina laboral, económica, no funciona, ahí estamos creando frustraciones muy grandes que pueden generar crisis políticas. La crisis sanitaria, que ya se convirtió en una crisis socioeconómica, puede convertirse en una crisis política como secuencia de los procesos que teníamos en la región el año pasado. Es importante que desarticulemos esta bomba”, advirtió.

Ambos funcionarios internacionales reconocieron en Jóvenes Construyendo Futuro, implementado desde el año pasado en México, un programa adecuado para limitar el impacto de la crisis sobre la población que recién empieza a trabajar. Dicho reconocimiento no se extendió a políticas enfocadas a preservar la ocupación entre las mujeres.

Alicia Bárcena explicó que en América Latina y el Caribe, el confinamiento y el cierre de las escuelas “ha exacerbado las presiones de las mujeres por las tareas de cuidado” y resultado en que la ocupación entres ellas haya caído 18.1 por ciento, por arriba del 15.1 por ciento de los hombres.

En el caso de México, Bárcena explicó que una de cada cuatro mujeres en el país “quisiera y desearía trabajar, pero no hay condiciones” a falta de un sistema público de cuidados.

También presentó que derivado de la pandemia, sólo la ocupación en los asalariados públicos de América Latina aumentó 4.2 por ciento respecto al año pasado. El resto fueron desplomes. Cayó 14.7 por ciento en los asalariados de empresas privadas; 17.9 en empleadores; 20.5 por ciento en trabajadores por cuenta propia; 24.3 por ciento en trabajadores no remunerados y 32.3 por ciento en los domésticos remunerados.

Para paliar estos efectos, dijo que se necesita una política fiscal expansiva, financiamiento a la medianas y pequeñas empresas, regulación sostenible de recursos naturales, política industriales y tecnológicas enfocadas al empleo de los jóvenes para aumentar competitividad y disminuir los déficits comerciales. Así como mayor distribución entre capital y trabajo.

Sin dar un número recalcó que la recuperación del mercado laboral llevará “varios años y hay que estar preparados”. (La Jornada)

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