¿Qué tenemos?

Puede haber múltiples justificaciones, pero la realidad tuxtleca es evidente; carencias urbanas de seguridad en colonias en dónde los propios lugareños actúan en contra de la delincuencia, falta de alumbrado, calles y avenidas mal trechas, están ahí como testimonio.
Desde luego que eso no es de ahora, tiene su tiempo, pero el alcalde Carlos Morales asumió el reto, y retó a su antecesor y nada.
Esa es la gran pregunta ¿Y luego?
Para la concordia local pues se disculpa al ex presidente o se negoció o ¿O qué?
Porque al final de cuentas no hay nada claro, solo especulación, lo más dañino para la buena imagen de un gobierno que se precie de serlo.
La capital del estado es referencia y consecuencia de lo que se ha abusado y permitido.
No es mentir para nada las enormes deficiencias y carencias urbanas que padece y entonces ¿Por qué se dejó de hablar claro?
Queda otra vez la enorme duda y hasta deuda.