Familiares de la mujer acusada en rueda de prensa en las instalaciones del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba). Foto/Elio Henríquez.
PORTADA

Defiende el Frayba a indígena que se autoincriminó tras ser torturada

Elio Henríquez/La Jornada.- La indígena Francisca Flor de la Cruz Hernández está presa desde agosto pasado, acusada de asesinar a su sobrina Erika del Rosario Cruz Hernández, de 15 años de edad, pero la madre, la abuela y la tía de la víctima dicen estar seguras de que ella no cometió el crimen, por lo que exigieron su liberación.

“Fueron empleados de la Fiscalía de Homicidios y Feminicidios y Pedro Hernández Hernández, ex agente de la comunidad de Peña María, municipio de San Cristóbal y sus familiares los que fabricaron todo para acusar a mi hermana del homicidio de mi hija”, dijo Ángela de la Cruz Hernández, madre de la menor asesinada.

En rueda de prensa en las instalaciones del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), agregó: “A mi hermana Francisca la tienen detenida porque la culparon de que mató a mi hija, pero no fue ella la que la mató, ella es inocente. Por eso pido que la liberen”.

Erika del Rosario Cruz Hernández, de 15 años de edad, fue encontrada asesinada el 8 de agosto pasado en la entrada de San Cristóbal y según representantes de Frayba, “se encontraron restos de semen en su cuerpo, por lo que antes de ser asesinada pudo ser violada”.

Ángela relató que los problemas comenzaron cuando su hermana Francisca se separó de Lucio Seferino Hernández, hijo de Pedro, porque la golpeaba y no le daba dinero para mantener a sus hijos. Por ello, junto con su madre, las tres hermanas (Francisca, Ángela y Flor Amalia) abandonaron Peña María y se trasladaron a Agua Escondida, del vecino municipio de Teopisca.

Contó que las amenazas de Pedro y Seferino aumentaron y el 8 de agosto apareció muerta su hija Erika en la entrada de San Cristóbal.

Señaló que el 21 de agosto del año pasado, sus hermanas Francisca y Blanca Amalia, y una hija de ésta, menor de edad, fueron “sacadas con violencia” de su domicilio ubicado en Agua Escondida, por unos 20 hombres encabezados por Pedro Hernández y Seferino, ex suegro y ex marido de Francisca, y trasladadas a San Cristóbal.

El Frayba aseguró que “Francisca fue torturada en el trayecto a San Cristóbal y obligada a auto incriminarse. Ninguna de ellas sabe leer ni escribir. Francisca está presa en el penal de San Cristóbal y el 2 de abril será la audiencia intermedia en el Juzgado”.

Ángela sostuvo que “los de la Fiscalía de Homicidios y Feminicidios me dijeron que pidiera justicia porque si no me meterían en la cárcel”, sin saber que a quien estaba inculpando era a su propia hermana. “Ellos y Pedro me amenazaron porque ellos se llevan bien. Mi hermana y yo no tenemos problemas, nos llevamos muy bien”.

Abundó: “Yo pedí la justicia de la Fiscalía, pero resulta que el 21 de agosto a las 12 de la noche entraron violentamente 20 personas, familiares de Pedro a sacar a mi hermana de la casa; le indicaron que dijera que ella mató a mi hija porque si no la matarían y quemarían viva con gasolina. Mi hermana Francisca estaba en Agua Escondida. Yo firmé papeles sin saber qué era. Nunca pensé que detendrían a mi hermana. ‘Pide justicia’, me dijeron, ‘para que detengan a los que mataron a tu hija’, y ya estaba detenida mi hermana y una sobrina. Se vendieron por dinero los fiscales de Tuxtla (Gutiérrez); dijeron que a mi hermana Francisca la habían encontrado bien tomada en Tuxtla y no es cierto porque la sacaron de la casa en Agua Escondida”.

Aseguró que el asesinato de su hija y la detención de su hermana Francisca, es una venganza de Pedro y de su hijo Lucio Seferino Hernández, porque Francisca era mujer de este último, pero lo dejó porque la golpeaba y no le daba dinero para mantener a sus hijos, por lo que constantemente la amenazaba con meterla a la cárcel. “Fueron Pedro y su hijo Lucio, caciques de Peña María, los que armaron todo para perjudicarnos”, aseveró.

Presente en la conferencia, Clara Luisa Hernández, madre de Ángela y de Francisca y abuela de Erika, le menor asesinada, pidió la liberación de su hija. “Mi hija es inocente, no quiero que la tengan detenida; fue Pedro el que la detuvo; él la consignó, es su costumbre. Me dijo que si yo saco a mi hija de la cárcel, en la calle me va a agarrar, ‘te vamos a quemar’; dice que si no me va a meter droga en la bolsa para que me consignen bien. Mi hija no hizo nada. No es el caso que la tengan encerrada. Quiero que la saquen y se haga justicia”.

Blanca Amalia de la Cruz Hernández, hermana también de Francisca, que está presa, recordó que “el 21 de agosto me sacaron de la casa, junto con mi hermana y mi hija de 15 años. Pedro, su hijo y sus primos me trajeron en su carro a San Cristóbal manoseándome las piernas, me metieron una bolsa en la cabeza y me ponían una pistola. A mi hermana Francisca amenazaron con matarla”.

El Frayba sostuvo que “fue Pedro, el agente social de Peña María, quien detuvo con violencia a Francisca, Blanca Amalia y a una hija de ésta. Francisca fue torturada en el trayecto a San Cristóbal y fue obligada a auto incriminarse. La integración de la Carpeta de Investigación que tiene en la cárcel a Francisca y la vinculación a proceso se debió a una confesión sacada bajo tortura. Es un relato inverosímil”.

Print Friendly, PDF & Email

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *