Para que vean

Todos estamos de acuerdo en que termine la corrupción, y se habla de tantas formas de hacerlo, aunque sorprenden los métodos de algunos gobiernos, incluyendo el actual en México, que “no persigue a nadie”.

Y se ve.

México ha sido considerado de los países más corruptos del mundo, mientras el vecino del norte se lava las manos y es igual, con su cara límpida, pero con una gran industria armamentista cuyos comercializadores venden vía mercado negro, armas de manera ilegal a los narcos mexicanos -y de otras naciones-, pero se desgarran las vestiduras juzgando capos mexicanos como justicia al daño que se le hace a sus nacionales, como si esos narcos los obligaran a atascarse de drogas.

Así, le toca ahora a Donald Trump enarbolar la bandera libertaria en torno a Venezuela, y organiza una forma de intromisión externa so pretexto de ayuda humanitaria, ante el hambre que padece ese pueblo pero no patrocina con la misma intensidad apoyos para otras naciones en las mismas circunstancias en Africa e incluso en América como Haití, a lo mejor porque no tienen petróleo.

Así en la doble moral, como intervencionista y con 24 millones de consumidores, EU se prepara para aplastar a esa nación vapuleada por un gobierno impositivo, antidemocrático, es cierto, pero como en nuestro caso con la corrupción, la inseguridad, la carestía de la vida, es asunto que deben resolver solo los venezolanos.