INTERNACIONAL

Trump obtuvo lo que buscaba en su reunión con Peña: observadores

Nueva York l Donald Trump consiguió justo lo que deseaba de su sorpresivo viaje a México: presentarse como “estadista”, capaz de una movida “audaz” y hasta “valiente” al estar cara a cara con un mandatario extranjero en su casa para decirle, en este caso, que desea una relación de cooperación pero con un muro en medio.
El consenso entre observadores políticos aquí fue que Trump logró una excelente actuación en el “teatro político” electoral con este su primer viaje formal como candidato presidencial al extranjero (realizó un viaje “personal” a Escocia a su campo de golf anteriormente). O sea, la maniobra tenía poco que ver con la relación bilateral y casi todo con el juego electoral dentro de este país.
Durante las últimas 24 horas logró acaparar el ciclo de noticias políticas en Estados Unidos, con incesantes comentarios sobre si esto lograría mejorar sus pésimos niveles de apoyo entre votantes latinos en Estados Unidos, sobre si se veía más “presidenciable” con este acto -los comentaristas, algunos sorprendidos, coincidieron en que sí- y si esto lo ayudaría con sus propias bases (a la vez, cada vez que se intentaba identificar a Peña Nieto para el público estadunidense una y otra vez se hacia referencia a que padecía de los peores niveles de aprobación en la historia reciente de México).
El propósito del viaje fue justo eso. Stephen Bannon, el nuevo ejecutivo en jefe de la campaña de Trump y ex director del medio derechista Breitbart News, fue quien promovió el viaje como una oportunidad para presentar sus propuestas populistas sobre migración con un acto “audaz”, y que la invitación de Peña Nieto (enviada a ambos candidatos el viernes pasado) ofreció una oportunidad para generar titulares y presentarse como “estadista” quien podría negociar directamente con México”, reportó el Washington Post, el primer medio en revelar los planes para el viaje esta semana.
A pesar de titubeos y preocupaciones de la embajada de Estados Unidos en México sobre logística y seguridad de un viaje tan precipitado sin gran preparación, los representantes de Trump insistieron en que él no estaba dispuesto a postergar su plan para viajar el miércoles. Más aún, el Post y otros medios indicaron que varios altos funcionarios mexicanos, incluso gente trabajando con la canciller mexicana (que el martes cuando se anunció la visita estaba en una gira de trabajo en Milwaukee), no se habían enterado ni de la invitación a los candidatos o las discusiones sobre el viaje de Trump.
Joe Arpaio, el famoso sheriff antimigrantes del condado de Maricopa en Arizona. Declaró hoy a CNN “qué gran día fue este”, donde Trump “mostró su valentía” al ir a México donde sus posiciones fueron “respetadas”,
Otros promotores de Trump elogiaron el viaje como una muestra de que es “el maestro de la negociación”, al presentarse ante un mandatario extranjero y establecer así que tiene las cualidades para ser presidente.
Hillary Clinton, en un acto de campaña ayer, criticó a Trump por carecer de las cualidades de liderazgo que se requiere en el ámbito internacional, y en referencia a su viaje a México declaró que “seguramente requiere más que intentar reparar un año de insultos e insinuaciones al visitar a los vecinos por unas horas y después volar de regreso a casa. Así no es como funciona”.
La campaña de Clinton reconoció que había recibido una invitación del presidente Enrique Peña Nieto, recordó que se conocían y que hay contacto entre la campaña y el gobierno mexicano, pero que por ahora no hay plan para un viaje a México.
Al mismo tiempo, la campaña de Clinton envío una serie de tuits recordando las frases anti mexicanas de Trump a lo largo del último año y otra que decía: “hay un viejo proverbio mexicano que dice: dime con quién caminas y te diré quién eres” junto con “no hay otro Donald”.
Observadores debatieron si la apuesta riesgosa del viaje lograría cambiar la dinámica electoral actual para Trump, quien sigue perdiendo según las encuestas. Daniel Drezner, profesor de política internacional en la Universidad Tufts especuló en el Washington Post que la decisión surge de una campaña que está perdiendo y por lo tanto se atreve a apostar sobre un posible éxito como este viaje, donde solo requiere de “buenos visuales” y usarlo para responder ante críticas de que no puede actuar en el ámbito internacional. Otros, como Jake Novak de CNBC, señalaron que tal vez el líder extranjero menos esperado acababa de ofrecerle al candidato republicano la oportunidad de proyectar una imagen presidencial con el evento en México, lo que uno calificó como un “jonrón” para Trump.
Pero, más allá de México y migrantes, hubo otra noticia para los contendientes: Clinton ahora es tan impopular como Trump ante el electorado empadronado estadunidense. Una nueva encuesta de ABC News/Washington Post difundida ayer, sólo un 38 por ciento dice tener una opinión favorable de Clinton, un desplome de 8 puntos desde principios de este mes; Trump mantuvo el mismo nivel de aprobación con 37 por ciento. La ex secretaria de Estado ahora padece de una opinión desfavorable de casi 6 de cada 10 votantes (59 por ciento), frente a un 60 por ciento negativo para Trump.

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