OPINIONES

Sin tanto rollo

Eduardo González Silva

El Papa en Chiapas

Nuevamente Chiapas volverá a ser sitio de visita de un representante de Dios en la tierra, que en el transcurso de dos siglos vive el fenómeno migratorio, corrupción, explotación irracional humana y de sus recursos naturales, discriminación racial, tráfico de armas, personas, drogas, así como de especies de vegetales y animales, además de la prostitución infantil y femenil, un panorama de acabada degradación social.
A días de la llegada de su Santidad Francisco a las ciudades de Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas, y a 26 años de la visita de Juan Pablo II,  nada de que presumir en esta parte de México, donde el dolor humano es una forma de vida para la inmensa mayoría en el día a día.
Un viaje papal con un discurso que deberá ser en absoluto diferente al pastoral que trajo Carol Wojtyla en 1990. El de Jorge Mario Bergoglio en el 2016, tendrá que ser profundamente evangélico, dadas las condiciones de vida que se registran hoy en esta región de Mesoamérica.
En un inusual mensaje, el pasado domingo 24 el clero mexicano alzó la voz, puso énfasis en que por “ningún motivo” la estancia del Papa Francisco a Chiapas, “será un evento folclórico, sino un acercamiento con una entidad donde subsisten las desigualdades, la discriminación y la violación a los derechos humanos”.
Y en el marco de la visita del Papa al País, la Arquidiócesis de México, en tono enérgico endureció en forma sorpresiva su tradicional postura de indiferencia a la realidad nacional, y en la edición última del Semanario Desde Fe, aprovechó la ocasión para poner en duda la viabilidad de la anunciada estrategia peñanietista, con las llamadas zonas económicas, según para atender “el rezago social”.
Habrá que recordar que la Iglesia Católica mexicana, jamás hizo pronunciamiento alguno en torno a la cacareada propuesta años atrás del ex panista Vicente Fox, con su fracasado Plan Puebla Panamá (que nunca se llevó a cabo, que presuntamente impactaría en el desarrollo del istmo centroamericano), y menos aún de que dicho personaje, arreglaría en tan sólo 15 minutos, las demandas que enarboló en su surgimiento el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
En la editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis expuso también que más allá de que la visita papal pudiera ser vista sólo como expresión de riqueza cultural, “los ojos del mundo voltearán a una región notablemente atrasada y que no está a la par de México”, y aun más, el clero mexicano advirtió que: Chiapas es un estado que enfrenta rezagados en alfabetización y desarrollo humano.
Coincidente a las expresiones de la Iglesia Católica, ese mismo domingo el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), emitió una tesis para que los partidos políticos no exijan requisitos “irracionales o desproporcionados” a candidatos a cargos de elección popular de comunidades indígenas, situación que no es privativa de Chiapas, pero que le corresponde en gran medida, dado el alto porcentaje de compatriotas originarios naturales que habitan la entidad.
Llama la atención la coincidencia de que una institución del estado, de a conocer un pronunciamiento a un fenómeno nacional de eminente exclusión social, en momentos en que llega al país el Papa Francisco, donde la concentración de la riqueza en no más de 60 familias, es causa y origen de la pobreza de mucho más de la mitad de 120 millones de mexicanos.
Su Santidad llegará al Aeropuerto Internacional (uno de los tres que hay en las inmediaciones a Tuxtla Gutiérrez), Ángel Albino Corzo, de donde se trasladará a la Catedral de San Cristóbal de las Casas, para sostener una reunión con representantes de comunidades indígenas. Luego retornará a la ciudad coneja, donde tendrá encuentro con familias, en el Estadio Víctor Manuel Reina. Bienvenido así sea el Papa Francisco a Chiapas.

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