FINANZAS

Lagarde urge un sistema financiero que reduzca los efectos colaterales

Paris, Francia l La divergencia en políticas monetarias que predomina en el mundo, liderada por las economías avanzadas, continuará fortaleciendo al dólar estadounidense y generará un aumento en la volatilidad y esto aumenta las vulnerabilidades en los mercados emergentes, principalmente en sus sectores expuestos al dólar.
En este contexto es necesario un sistema monetario internacional reduzca los efectos colaterales que perjudican a todas las economías, advirtió Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su discurso titulado “Una actualización de Política Global” durante el Simposio de despedida para Christian Noyer, del Banco de Francia, París, Lagarde destacó la necesidad de impulsar un sistema financiero que ayude a economías emergentes y en desarrollo a preservar la estabilidad, lograr un crecimiento más fuerte y sostenible y embarcarlas en el camino de la convergencia con las economías avanzadas, debido a su importancia para la economía global. Esto significa una red de seguridad financiera global más fuerte y un marco para los flujos de capitales más seguro.
“Poniendo todo junto, la cuestión clave para las economías emergentes es que la volatilidad aumentada se está manifestando en un momento en que muchos países ya están bajo estrés. Otro ataque de la aversión al riesgo global podría conducir a nuevos descensos de precios de los productos básicos, ampliando los márgenes y la depreciación de los tipos de cambio”, señaló.
Las economías avanzadas deben prestar atención a lo que está sucediendo en el mundo emergente por su impacto sobre el crecimiento. Estimaciones del FMI muestran que la desaceleración del 1 por ciento en el mundo emergente reduciría el crecimiento en los países avanzados por lo menos alrededor de 0.2 puntos porcentuales.
Los países emergentes y en desarrollo representan al 85 por ciento de la población mundial y el 60 por ciento el PIB global y desde la última crisis financiera, han contribuido con más del 80 por ciento del crecimiento mundial.
El entorno de elevada incertidumbre y volatilidad financiera también afecta a las economías avanzadas ya que decisiones de política que en tiempos normales podrían tener limitados efectos colaterales, pueden ahora causar reacciones financieras más significativas.
Si bien desde la crisis de 2008 se ha mejorado la red de seguridad financiera mundial, también se ha ampliado en tamaño y cobertura, se ha vuelto más fragmentada y asimétrica y no ha sido probada completamente. A la fecha poco se ha hecho para adaptar la seguridad a las nuevas realidades.
“En lugar de confiar en un sistema fragmentado e incompleto de acuerdos regionales y bilaterales, necesitamos una red internacional funcionando con instrumentos de precaución que funcione para todos”, expuso en su discurso difundido este martes.
Con la aprobación de la Reforma de Governancia 2010 del FMI, se fortalecerá el rol del organismo en la red de seguridad. Economías emergentes y en desarrollo están ahora recibiendo más de 1.5 billones de dólares de flujos de capital por año.
Además de una red de seguridad adecuada, un sistema monetario internacional más fuerte debe incluir un marco para los flujos de capitales más seguros y al existir un sesgo inherente de deuda incrustado en el sistema fiscal global, el sistema monetario internacional se beneficiaría de una mayor proporción de la equidad en comparación con los flujos de deuda.
“Esto se puede lograr mediante el examen de los instrumentos que alteran la composición y naturaleza de los flujos internacional de deuda”, expuso.

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