OPINIONES

El salario mínimo: la desvinculación y las causas de su precariedad

Alejandro Pardo

El salario mínimo en México no se usará más como parámetro para calcular multas, infracciones y demás, ya que la Cámara de Senadores aprobó esta medida hace unas semanas. Además, se creará una Unidad de Medida Actualizada que se encargará de calcular las sanciones y diversos pagos.
Con ello, se pretende que el salario mínimo aunque suene tautológico, sirva exclusivamente para determinar los salarios, lo que a su vez busca que el aumentarlo tenga menos trabas de las ocurridas a lo largo de la historia. Al estar desvinculado del precio de sanciones y multas, un aumento en el salario mínimo significará una menor presión inflacionaria.
Por supuesto que dicha medida suena progresista, sobre todo surgiendo en un país cuyo salario mínimo es en la actualidad el más bajo de los países miembros de la OCDE y en América Latina. Sin embargo la desvinculación del salario mínimo al establecimiento de algunos pagos no garantiza que este incrementará con mayor facilidad ni tampoco que será digno, cuando menos en el corto plazo.
¿Por qué el salario en México se ha mantenido tan bajo?
Algunos expertos sostienen que el salario no ha aumentado puesto que él debe ser un premio a la productividad, y dado que esta última no ha aumentado, los salarios se han mantenido bajos.
Lo anterior quedó desmentido categóricamente tras la investigación realizada por Luis Felipe Munguía presentada el año pasado, quien sostiene que entre el periodo de 2009 y 2014, la productividad de los trabajadores de la industria manufacturera en México creció 14.9%, mientras que las remuneraciones no sólo no aumentaron, sino que cayeron 2.1%.
Asimismo, los salarios bajos son usados para persuadir a los trabajadores a trabajar más, por lo que no sorprende que de los países miembros de la OCDE, México sea el país donde más horas se trabajan, ya que  en 2014, cada trabajador mexicano laboró 2228 horas en promedio, por ello entre otras cosas, es un país sumamente atractivo para invertir.
Además, los trabajadores en México por lo general están en una situación de vulnerabilidad a causa de su prácticamente nulo poder de negociación con los empresarios, lo cual es alimentado a su vez por una organización sindical cada vez más débil y lejos de propugnar en favor de derechos de los trabajadores.
Otro de los factores y quizá uno de los más importantes es el poder de los empresarios que se ha fortalecido por la incapacidad del gobierno para generar empleos. Ante el creciente empleo informal, el gobierno tiene pocas armas para exigir condiciones en favor de los trabajadores, por lo que normalmente no le queda más que ceder y servir a los intereses de los empresarios en primera instancia.
Asimismo, dado su poder, los empresarios ante un decreto que dicte el aumento del salario mínimo, sencillamente responden aumentando los precios, pues sí aumentan los salarios, consecuentemente también sus costos de producción y así para poder mantener su margen de ganancia, un incremento en los precios es la más concurrida de las salidas. Lo anterior por supuesto supone presiones inflacionarias a la alza.
Pese a todos estos factores, la nueva medida de desvincular el salario mínimo de algunos pagos, puede tener efectos positivos, puesto que lo esencial del salario es lo que con él se puede comprar, es decir el salario real, por ello, el punto central en el corto plazo debe ser el de mantener la inflación estable, lo que a su vez significa un poder adquisitivo estable. De lograrse lo anterior, los beneficiados serán los consumidores, sin importar su posición social.
Así aunque el salario mínimo no aumente de manera importante en el corto plazo, el hecho de que los precios no suban considerablemente es quizá un factor muy positivo dadas las circunstancias.

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