De años se ha dicho entre la gente local que la zona norte selva del estado es muy porosa.
Para los lugareños –y al menos dan muestra en sus redes- la tala inmoderada e ilegal continúa, al igual que el tráfico de fauna y desde luego, la actividad ilícita del tráfico de todo, desde drogas hasta seres humanos.
Sin embargo el espacio tanto aéreo como de piso no tiene la custodia requerida, y mínimo la depredación de la flora y la fauna sí es notoria, se insiste, porque los propios lugareños suben imágenes de camiones cargados de maderas preciosas que, ya no deberían salir para nada de esas zonas.
Pero sucede.
Y conociendo la corrupción en éste país, lo demás también sucede.
Ni negar que el homicidio de Mario Gómez movió la atención pública a la actividad ilícita que se registra en Yajalón y toda aquella región norte selva, y aunque no se espera que cambie nada –como sucede en Guerrero o Veracruz-, al menos buscarán la manera de no ser tan evidentes, por el hoy occiso seguramente –periodista como era-, se percató de su actividad e investigó, como es la motivación del oficio, y le costó la vida, igual que a otros 10 más que han sido asesinados éste año.