Muchas cosas pasan desapercibidas en éste país, incluyendo los abusos de los manifestantes.
No son pocos los que han cuestionado que no se dé una mano dura sobre éstos, pero aducen que a lo mejor es por evitar mala imagen al gobierno mismo, aun los ciudadanos padezcan las consecuencias.
En medio de las decenas de paladas de crítica que reciben todos los días, los manifestantes no toman en cuenta la ley; no le tienen respeto al estado de derecho y menos al derecho de terceros.
¿Cómo solucionar eso?
Pues con la ley, pero cuando se hace, se aplica, surgen las preguntas como el hecho de que un estado conflictuado, no ha merecido respuesta del gobierno, como lo es Guerrero, en dónde los ex gobernadores Ángel Aguirre –el electo- y Rogelio Ortega –el sustituto- nada más no hicieron su trabajo y vivirán muy bien con su danza de millones agenciados.
La cuestión de las manifestaciones debe contar ya con un protocolo, porque mucha gente sencilla, que nada sabe o tiene que ver con esos movimientos de pronto, es la víctima del propio “pueblo esta es tu lucha”.