Reflejo de la impunidad existente en el transporte público, del cómo conducen de siempre a exceso de velocidad sin contemplar a nadie más que el afán de recorrer la ruta en los tiempos establecidos, y a la vez, cubrir la cuota al concesionario, un conductor de la ruta 90 del transporte colectivo de Tuxtla Gutiérrez atropelló a la altura del Fraccionamiento Las Brizas, al norte poniente de la ciudad, al señor Hernestino Avendaño, de 60 años de edad, que transitaba en bicicleta.
El en lugar de los hechos quedó el sexagenario tendido en el piso, igual la unidad pues el conductor se dio a la fuga, y aunque el herido fue trasladado al nosocomio para su atención, el propietario no contaba con seguro para resolver las necesidades médicas de la víctima.
Víctima porque el señor Hernestino Avendaño murió.
Se trata de una persona atropellada por la unidad 90-27, que llevaba personas dentro, usuarios, que si en su caso hubieran resultado heridos en otro tipo de percance, pues nada más no abría el cómo darles atención médica a falta de seguro, y menos indemnizarlos en caso de muerte.
¿Cómo está eso?
Luego dicen que las autoridades del autotransporte no tienen culpa, y ¿cómo es que transita y dan servicios unidades sin seguro de vida a usuarios y terceros?
Amerita una explicación, por supuesto.
