Desde luego que hay las ocasiones en que las raíces de un árbol está afectando la transmisión de un servicio público, sea el drenaje, la banqueta, o en su caso algún cableado y se hace necesario retirarlo.
Desde luego en ésta entidad ecológica según esto, con grandes reservas selváticas, boscosas o como quiera llamarlas, no contamos con la tecnología adecuada para ello, o sea, para retirarlos, y no hay de otra que derribarlos.
Igual pasa cuando se proyecta la obra pública; con toda seguridad en los planos del terreno no van especificados los árboles, y es por ello que el trazo de diseño no los contempla.
En el mundo más dos mil árboles por minuto son derribados; la naturaleza no tiene la capacidad para regenerar eso y ya vemos las consecuencias: el cambio climático tiene ya sus efectos muy concretos.
Por eso la iniciativa de sembrar árboles de manera individual no es descabellada; ojalá progrese porque sí sería de efectos benéficos a corto plazo, si millones y cada vez más millones de humanos sembramos un árbol cada año.