Luego de varias suspensiones, finalmente compareció ante los diputados el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade.
La comparecencia, realizada ante los miembros de las comisiones de Transparencia y Anticorrupción y de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, abrió cierta expectación frente a los ya muy manoseados temas de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto y la de Malinalco de Luis Videgaray.
El titular de la SFP fue recibido prácticamente con una denuncia de juicio político en su contra interpuesta por la fracción de Acción Nacional en San Lázaro ante la Comisión de Procedencia.
Los panistas fundan su petición de juicio político en que Andrade no enjuició a Peña Nieto por lo de la Casa Blanca y por haber solapado supuestamente el conflicto de interés en el caso de Videgaray.
Los panistas interpusieron esta petición de juicio político a sabiendas de que irá a formar parte de un pasivo de cerca de 150 juicios que según la ley, deben ser desahogados conforme lleguen.
Con las cosas así lo evidente es que los blanquiazules buscaban ganar espacios en los medios informativos.
Por lo demás y ante las reiteradas acusaciones y señalamientos de la oposición respecto del tema de la Casa Blanca, Andrade dijo simplemente que la exoneración que hizo en favor de Peña Nieto y Videgaray se fundó en una ley que no contempla castigo alguno para el conflicto de interés.
¿Y luego?
La comparecencia evidenció a una oposición obstinada y monotemática, sin mayores recursos ni ideas y centrada en sólo insistir una y otra vez en el asunto de la Casa Blanca, cuando en el país hay otros muchos casos de evidente corrupción e impunidad.
Pero se trata de tirarle a los “grandes”, como si ese legislativo solo estuviera para eso, olvidando Veracruz, Guerrero, Tamaulipas y otras entidades en dónde no hay al parecer ya dinero para los compromisos.
