El estado de derecho se ha vulnerado por los dos lados, esto tanto por el crimen como por la ciudadanía.
Muy aparte de los hechos delictivos de a diario, están los casos en que la gente se hace justicia por mano propia, desbordados por la ira, y comenten crímenes tumultuarios como en el caso de Ajalpan, Puebla.
Ahí sí que no tuvo nada que ver la autoridad, pues como en Chamula, la turba sacó a los supuestos secuestradores, les roció gasolina –el arma homicida ¿o fue el cerillo?- y los quemó vivos.
De acuerdo a los reportes conocidos, tan solo en 2015 van 24 linchamientos, y Chiapas encabeza la lista con seis casos; Puebla con cinco; Tabasco y Oaxaca con cuatro y el Estado de México con tres; Baja California y Quintana Roo, con uno, pero no en todos hubo muertos.
Solo en Chiapas y ahora en Puebla: dos y dos.
Pero hay más campañas promocionales en los medios masivos para el lucimiento mediocre de las dependencias federales, que para convocar al estado de derecho, y evitar éste tipo de casos de hacerse justicia por mano propia, la verdad a veces por falta de determinación de quienes deben de hacer valer la ley, como esos alcaldes de Chamula y Ajalpan que dejaron que la horda les quitara a los detenidos para matarlos.
¿Y ahora?
Porque debe de haber culpables en estos casos, para detener los eventos dando ejemplo justicia.