Ciudad de México – Aunque hasta ahora se ha documentado con amplitud que las partículas contaminantes en el aire afectan las vías respiratorias y el sistema cardiovascular, una amplia investigación del Departamento de Toxicología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) concluye que dichas partículas afectan también la capacidad del sistema nervioso, y con ello la capacidad cognitiva, sobre todo la de niños y adolescentes.
El estudio se centró en relacionar los contaminantes con alteraciones e incluso muerte de células gliales, que son aquellas que participan de manera importante en el ciclo de la plasticidad neuronal, el aprendizaje y la memoria. Estas células también están involucradas en el metabolismo de la glucosa, necesaria para la transmisión sináptica neuronal.
Arturo Ortega Soto, investigador que encabeza el trabajo, señala que hay evidencias claras de que las partículas finas y ultrafinas se acumulan en el organismo que difícilmente se deshace de ellas, lo que representa un altísimo riesgo para el cerebro.
“La exposición constante a esas partículas afecta a las células gliales, que desencadenan una cascada de muerte neuronal, característica de las enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer”, dijo Ortega Soto, miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel III.
Explicó que desde hace algunos años se dio a conocer que existía una correlación entre contaminación del aire y problemas de aprendizaje, por lo que esta investigación -recién publicada en la revista especializada Neurotoxicity Research-, se enfocó de manera precisa en indagar a nivel molecular, el efecto de las partículas contaminantes en la salud mental.
“Lo que encontramos es que en grandes cantidades, las partículas contaminantes (nanopartículas de dióxido de silicio) matan a las células gliales, y en concentraciones mínimas generan afectaciones funcionales”, dijo el científico.
Añadió que la investigación confirmó que las partículas de dióxido de silicio interfieren con la traducción de proteínas que participan en la regulación de la transmisión glutamatérgica, lo que significa un menoscabo en la capacidad de aprender nuevas tareas.
Citó que hasta hace poco, los trabajos de investigación se habían concentrado sobre las alteraciones de los contaminantes sobre el sistema cardiovascular, y la imposibilidad de generar atletas de alto rendimiento en ciudades muy contaminadas.
Sin embargo, este estudio sugiere la presencia de alteraciones a nivel cognitivo que, al considerar que el desarrollo del sistema nervioso central termina a los 20 años, compromete seriamente la capacidad intelectual de la población expuesta, sobre todo de niños y jóvenes.
Para el grupo de investigación del Cinvestav, los resultados obtenidos deben ser una llamada de atención a las autoridades de las ciudades con problemas de contaminación, ya que la falta de desarrollo cognitivo óptimo compromete la salud mental de la población y por lo tanto el desarrollo y la competitividad de todo un país.