La reputación de Demi Moore la precede. Alguna vez fue una de las estrellas femeninas mejor pagadas de Hollywood. En el pasado también fue víctima de encabezados dolosos. Sin embargo, la actriz sigue siendo amigable y mucho menos reservada de lo que uno pudiera esperar. Probablemente ahora se da cuenta de que nada de lo que un periodista pueda escribir sobre ella encaje con la franqueza de sus memorias, su libro Inside Out.
Aspiré una bocanada de mariguana sintética (se llamaba Diablo). Lo siguiente que recuerdo es que todo se hizo borroso, y podía verme a mí misma desde arriba, escribe Moore en el prólogo de su libro. En él explica cómo terminó convulsionando en el piso y luego fue llevada al hospital para deleite de los columnistas de chismes.
Demi Moore no duda en compartir detalles espeluznantes acerca de la degradación y humillación que a menudo acompañaban sus triunfos. Si llevas un pozo de vergüenza y traumas no resueltos, ninguna cantidad de dinero, ningún triunfo o fama podrán llenarlo, escribe la actriz en un capítulo en torno al periodo en que acaba de casarse con Bruce Willis y aparentaba tener la vida ideal.
Hice un trato para hacer el libro, y luego mi vida explotó, como había supuesto. Definitivamente no estaba en posición de compartirla cuando ni siquiera la comprendía yo misma, explica a The Independent. Recordó las circunstancias en que sus memorias fueron encargadas hace una década.
Oportunidad para conectar
“Cuando (los editores) volvieron, dijeron: ‘o dejamos esto pasar o hacemos algo’. Lo que sentí fue que si podía ayudar a una persona compartiéndole lo que había sido mi experiencia, entonces habría valido la pena.”
Moore no quería que Inside Out fuera otra autobiografía de una celebridad que se autopromovía. Quería que fuera humana y sobre nuestra humanidad, y también que fuera una oportunidad para conectar. La única manera en que podía hacerlo era siendo sincera y honesta sobre mi experiencia. Y fue sanador.
Las adicciones, los trastornos familiares y la violencia que Moore atestiguó mientras crecía en Roswell están narradas con doloroso detalle. Su padre era un alcohólico y ludópata que acudió a la mafia para cubrir sus pérdidas. Él y su madre peleaban constantemente. Se supone que tu madre y tu padre deben actuar como piedra angular a lo largo del camino hacia el futuro, ofreciendo orientación sobre lo que hay que alcanzar, qué esperar. Para mí, esa foto era triste, describió.
De un matrimonio moribundo a una web
Durante el superduro encierro, como ella lo llama, estuvo ocupada con un nuevo proyecto. El podcast Dirty Diana acerca de una mujer que escapa de su vida cuidadosamente curada y su matrimonio moribundo para administrar un sitio web erótico donde las mujeres comparten sus fantasías secretas.
Moore produce y protagoniza la emisión. Ahora espera poder llevarla al formato de serie de televisión.
“Shana Feste, la escritora y directora, había explorado hacerlo como una película y luego cambió su forma. Cuando llegó a mí, la idea era hacer un podcast. Creo que el tema es importante, al tratarse en torno de la sexualidad femenina y las fantasías a través de la mirada de una mujer, realmente era intrigante para mí”, dice Moore.
“Es interesante, porque (el podcast) te permite la oportunidad de explorar algo sin el peso y el costo de un piloto, y ver si hay auditorio para eso”. Otra de las ventajas sobre Dirty Diana era que, a diferencia de algunas películas en las que Demi Moore ha aparecido, éste no era explotador.
La actriz opina que la industria cinematográfica actual es más sana en términos de raza, género y edad en comparación a cuando ella empezó. Avanzamos en la dirección correcta. Tenemos mucho trabajo por hacer, pero al menos ahora operamos con cierto nivel de conciencia que antes no estaba. Es casi como si nos hubieran quitado las vendas de los ojos. Trabajamos desde una nueva línea y creo que somos mejores por eso, explica la actriz.
En los años 80, Demi coprotagonizó St Elmo’s Fire, de Joel Schumacher. En su libro, Moore describe su destructivo consumo de cocaína y alcohol durante la época en que iba a empezar la cinta. Schumacher, quien falleció hace poco, la metió en rehabilitación dos semanas antes de empezar el rodaje. Hasta el día de hoy, veo esto como una clase de intervención divina, escribió.
“Él (Schumacher) hizo por mí lo que yo no pude por mí misma y se aferró a mí para estar en esa película. Estaré eternamente agradecida con él. Fue una pérdida muy triste. Era una extravagante figura, más grande que la vida. De forma valiente hizo St Elmo’s Fire y abrió las puertas para muchos de nosotros.”
Actualmente Moore trabaja en varios proyectos. Hace de rubia en la serie de HBO Un mundo feliz, basada en la obra de Aldous Huxley. También protagoniza Songbird, un thriller sobre la pandemia de Covid-19, ambientado en un futuro en el que la población está de nuevo encerrada, mientras el virus hace más grande la brecha entre ricos y pobres.
La cinta es sobre lo que pasa en nuestras peores pesadillas con este virus. Es como mirar a un mundo que se ha separado entre los que tienen y los que no, y la desesperación y el miedo que pueden apoderarse de todo, explica.
Mi personaje es una mujer, una madre y esposa, que ha recurrido al mercado negro para sobrevivir. Es un mundo en el que si eres inmune, como en el caso de mi papel, puedes moverte libremente mientras que los demás no.
A pesar de los altibajos en su carrera, Moore permanece tan resiliente como siempre. Sobre lo que aconsejaría a alguien que empezara a incursionar en la industria, la actriz afirma: Tienes que quererlo realmente. Tienes que estar dispuesta a hacer el esfuerzo , sabiendo que te vas a enfrentar a mucho rechazo. Mi más grande consejo es no tomarse nada personal y no esperar que alguien fuera de ti te dé valor. (La Jornada)