Foto: Cortesía Bienal de Novela Mario Vargas Llosa
ARTE Y CULTURA

Mario Vargas Llosa exige que reine la cultura de la libertad

. El Nobel de Literatura, afirmó que la Bienal tiene lugar “en un mundo convulso, incierto, sacudido por guerras y amenazado por diversos autoritarismos”

En América Latina, la libertad no pasa por un buen momento y, frente a ello, una respuesta necesaria es la afirmación de la cultura”, afirmó anoche el Nobel de Literatura peruano-español Mario Vargas Llosa al inaugurar la quinta edición de la Bienal que lleva su nombre.

De ahí que encuentros como estos no tengan una connotación puramente literaria. Son esencialmente literarios; pero, en la medida que la literatura y la cultura en general son un espacio de libertad, nuestro evento también es una defensa de aquellos valores que en el actual contexto latinoamericano están tan venidos a menos”, comentó el autor de Conversación en La Catedral.

En el Conjunto Santander de Artes Escénicas, el novelista y ensayista de 87 años se alegró que “la Bienal sirva también para recordar la importancia de que la cultura de la libertad pueda reinar plenamente en México, país que ha soportado en años recientes amenazas y desafíos muy duros”.

Fundada en 2014, la Bienal Mario Vargas Llosa reunirá hasta el domingo a más de 30 escritores de Hispanoamérica que reflexionarán sobre Literatura para tiempos recios, título que evoca el nombre de la novela más reciente de Vargas Llosa, Tiempos recios.

El narrador destacó que la Bienal “tiene lugar este año en un mundo convulso, incierto, sacudido por guerras y amenazado por diversos autoritarismos; y en una América Latina donde el populismo, la demagogia, el estatismo, la intolerancia y el extremismo ideológico están causando mucho daño”.

Añadió que “algunos países, como el mío, han podido librarse, por fortuna, del zarpazo dictatorial de quien, como lo anticipamos tantas veces, en la campaña electoral de hace dos años, el presidente Castillo, hoy preso, pretendió destruir la democracia desde el poder”.

Pero, advirtió, que “hay muchas naciones que ya están en manos de líderes autoritarios, de los que costará tiempo y esfuerzo liberarse. En muchos casos, esto se da por culpa de votantes que no supieron medir las consecuencias de sus preferencias y, en otros, por actos de fuerza o circunstancias que torcieron la voluntad popular”.

El integrante del Boom latinoamericano señaló que, “más allá de América Latina, no sólo los autoritarismos y guerras imperialistas amenazan la libertad y la cultura, también la deformación académica que ha dado en llamarse Cultura de la Cancelación. Esa especie de dictadura del pensamiento único que impide hoy en la universidad, los medios de comunicación y las redes sociales el libre intercambio de ideas en nombre de la corrección política y el fanatismo identitario.

Una dictadura que no sólo ejerce la censura contra el pensamiento y la cultura contemporáneas, sino que pretende abolir el pasado alterando o prohibiendo libros, cuadros y otras expresiones culturales que forman parte del legado de nuestra civilización desde hace siglos”, explicó.

Frente a todo ello nos rebelamos también en esta Bienal, que es un ámbito donde debe reinar la plena libertad sin complejos”, agregó.

El también cuentista admitió que este año no todo es celebración y alegría. “Hace pocos meses nos dejó Raúl Padilla. Fue uno de los grandes promotores de nuestro tiempo, un visionario que convirtió a Guadalajara y a Jalisco en una capital literaria y cultural de nuestro idioma.

Gracias a su visión, su tenacidad y su capacidad para movilizar recursos, convocar personalidades y atraer a los mejores colaboradores, fue capaz de instalar a su ciudad en el centro de la cultura universal. El mejor homenaje que le podemos rendir es prolongar su obra, dándole a sus proyectos el respaldo, asegurando su continuidad y, si cabe, su expansión”, indicó.

A mediodía, Vargas Llosa asistió puntual, y escuchó sentado en primera fila, a la mesa de apertura A pesar de todo escribimos; al finalizar, convivió con sus lectores, regaló autógrafos y posó gustoso pra las fotos.

Y, tras la inauguración, siguió atento la mesa integrada por los seis finalistas del V Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, dotado con 100 mil dólares: los colombianos Héctor Abad Faciolince y Piedad Bonnett, el español Juan Tallón y los mexicanos David Toscana, Cristina Rivera Garza y Brenda Navarro, quienes reflexionaron sobre la novela con la que disputan el galardón, cuyo fallo será el próximo domingo.

 SEIS FINALISTAS

Salvo mi corazón, todo está bien, de Héctor Abad Faciolince.

Qué hacer con estos pedazos, de Piedad Bonnett.

Obra maestra, de Juan Tallón.

El peso de vivir en la tierra, de David Toscana.

El invencible verano de Liliana, de Cristina Rivera Garza.

Ceniza en la boca, de Brenda Navarro. (Excélsior)

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