CIENCIA Y TECNOLOGIA

Los astrónomos han descubierto una intrigante estructura detrás de nuestra galaxia, la Vía Láctea

Sabemos perfectamente que la galaxia que habitamos es un objeto gigantesco de unos 105 mil años luz de diámetro aproximadamente, que alberga entre 200 y 300 mil millones de estrellas. Cómo es de esperarse, debido a la magnitud, pueden existir lugares en ella que desconozcamos parcial o totalmente, un ejemplo de esto es la llamada ‘Zona Vacía’ que se encuentra detrás de la Vía Láctea y acaba de ser descubierta.

Por muchos años, esta ‘región fantasma’, que constituye del 10 al 20% de todo el cielo nocturno, ha sido un total y completo misterio para los astrónomos, debido a que el montón de estrellas acumuladas en el centro de la Vía Láctea obstruye por completo la visión hacia esa zona, como si de una enorme pared de ladrillos se tratase.

El gran muro hasta ahora es que no se había logrado observar, por lo que, el por había poco o nada de información sobre este misterioso lugar del universo. Afortunadamente la ciencia y la tecnología progresan, los instrumentos mejoran y podemos ver cosas que antes se creían imposible. Como ha ocurrido en toda la historia de la ciencia, la tecnología y el ingenio se han juntado para rebasar los límites de nuestro entendimiento.

Un equipo internacional de científicos, liderado por Daniela Galdeano, quien pertenece a la Universidad de San Juan en Argentina, logró mirar a la ‘Zona Vacía’, finalmente ha logrado espiar los misterios que guarda esta enigmática porción del universo.

Lo que descubrieron allí ha dejado a toda la comunidad científica con los pelos de punta. Se encontró una inusual estructura con varias decenas de galaxias individuales unidas entre sí por un centro de gravedad común.

Estamos hablando de que a unos 3000 millones de años luz de la Tierra, se encuentra un enjambre de 58 galaxias nunca antes visto, que afortunadamente ha sido descubierto gracias a las nuevas tecnologías que trabajan en infrarrojo y que permiten escudriñar objetos distantes, aunque se encuentren ocultos a nuestros ojos.

¿Cómo se hizo el descubrimiento?

Sabemos que el centro de la Vía Láctea es una región increíblemente densa, llena de estrellas y nubes de polvo y gas que imposibilitan echar un vistazo directamente. Gracias a los nuevos instrumentos que captan radiación en infrarrojo en lugar de luz visible, sí pueden encargarse de esta labor ya que, la luz infrarroja cuenta con longitudes de onda mucho más largas y menos energéticas que la visible, característica que le permite atravesar materia, como el polvo y gas que se interponga en su camino.

Los telescopios aprovechan esta facultad y almacenan la información en infrarrojo, para posteriormente pasarse por una guía de onda y mezclarla con luz láser, lo que hace que tengamos imágenes en luz visible.

Definitivamente aún queda mucho en el universo por descubrir, pero el desarrollo tecnológico actual nos deja entrever que nos encontramos en un muy buen camino. Esta es una gran muestra. Se espera que las próximas observaciones recolecten la información necesaria para saber exactamente de qué se trata el nuevo descubrimiento.

Los hallazgos se encuentran en un artículo publicado en el sitio de preimpresión ArXiv será publicado próximamente en ‘Astronomy and Astrophysics’.

Via: Ensedeciencia

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