TABASCO

19 de enero de 1995: a 26 años de la paliza de Madrazo a perredistas de Plaza de Armas

Uno de los episodios más negros en la historia política de Tabasco se dio el 19 de enero de 1995: la paliza y violento desalojo que el gobernador priista, Roberto Madrazo Pintado, ordenó en contra de cientos de perredistas que protestaban en Plaza de Armas para impedir que entrara a Palacio de Gobierno tras escandaloso fraude electoral documentado por el entonces candidato perredista al gobierno y hoy Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

   Redacción/ Reporteros del Sur.-      Los hechos ocurrieron de la siguiente manera:

Con los ojos enrojecidos como brasas y aliento alcohólico, el ex líder petrolero de la sección 44, Mario Ross García, encaró al subsecretario de Gobierno, Irving Orozco:

-“¡De pacifismo y prudencia ya estamos hasta la madre! Ahorita los sacamos, de hoy no pasan…”

Siete horas después, los perredistas fueron  expulsados violentamente de Plaza de Armas por pandilleros y enardecidos priistas

“La intención es que el priista no se manche las manos de sangre. Esa es gente irracional, ¡son como animales!”, juzgó severamente el director de seguridad pública de Tabasco, el general Arturo Zavala.

El veterano militar, “experto en antiguerrilla”, pretendía así tranquilizar al ex diputado federal Mario Ross García que, al frente de poco más de 200 enardecidos priistas, iniciaron a las 11:30 de la mañana la ofensiva final que después de siete horas logró expulsar a los perredistas de Plaza de Armas.

De poco valieron las palabras del general Zavala.

El ex legislador y ex líder de la sección 44 del sindicato petrolero encaró al subsecretario general de Gobierno, Irving Orozco, y con los ojos enrojecidos como brasas y aliento alcohólico, reviró:

­¡De pacifismo y prudencia ya estamos hasta la madre! Ahorita los sacamos, de hoy no pasan…

El funcionario tragó saliva y se alejó del ex líder  petrolero.

—El, como otros, está ebrio, y con ellos viene gente infiltrada —confirmó en voz baja.

Irving Orozco y el general Zavala desaparecieron. Señal para que los priistas de “la sociedad civil” comenzaran permanente hostigamiento a los seis campamentos que los perredistas, desde el 31 de diciembre de 1994, habían instado en Plaza de Armas para impedir el ingreso de  Roberto Madrazo al Palacio de Gobierno; de los legisladores a la Cámara de Diputados y de los magistrados y jueces al Tribunal Superior de Justicia.

Protestaban por el fraude electoral cometido en contra de su candidato, Andrés Manuel López Obrador.

A las siete de la noche, cuando los más de mil perredistas se parapetaban junto con sus dirigentes en el puente Solidaridad que cruza el río Grijalva y desemboca en Plaza de Armas, reapareció  el general Zavala al frente de 400 policías. Comenzaba la rapiña de priistas y pandilleros y arribaba al corazón político de Tabasco un destacamento del Ejército, apoyado con cuatro tanquetas.

Cientos de priistas, hasta sumar alrededor de cinco mil, abarrotaban ya la plaza. En medio del fandango que se improvisó, el gobernador Roberto Madrazo hizo su aparición triunfal en el balcón central del Palacio de Gobierno.

-“Estoy aquí porque ustedes así lo quisieron”, dijo a la multitud y se retiró para conocer su despacho y sentarse en la silla que tanto ansió ocupar desde el 31 de diciembre. El besamanos, pospuesto 19 días, se prolongó hasta las 10 de la noche.

Mientras, se reportaban los saldos de la refriega: 130 heridos por el desalojo, entre priistas y perredistas; cuatro vehículos destruidos, uno de ellos incendiado y destrozos en casas-habitación y comercios por parte de los agresores.

Este videoreportaje fue realizado el 19 de enero del año 2017, a 22 años de la garrotiza en Plaza de Armas, con motivo de una exposición gráfica del fotógrafo Tomás Rivas sobre aquél histórico acontecimiento en la lucha por la democracia en Tabasco, liderada por el ahora presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.

El desalojo de los perredistas de Plaza de Armas, se desarrolló de la siguiente manera:

11:30.- Unos 300 priistas llegan en vehículos a las inmediaciones del Palacio de Gobierno, donde son contenidos por la policía. El subsecretario general de Gobierno, Irving Orozco, les pide calma.

12:00.- El ex diputado federal priista Mario Ross, visiblemente ebrio, azuza a sus seguidores a la toma de la plaza.

12:30.- Llega el líder estatal del PRI, Nicolás Hadad López, para pedir calma y convocar a permanecer en plantón para evitar que “se consume la felonía del centro”. Reitera la solicitud de audiencia al presidente Ernesto Zedillo y cuestiona el débil apoyo del CEN del PRI.

1:15.- Los priistas, que ya superan los 300, se acercan a la calle de 27 de Febrero e Independencia, uno de los accesos a Plaza de Armas y comienzan a insultar a los perredistas. Atraviesan sobre la avenida 27 de febrero dos camiones.

1:54.- Uno de los priistas se enfrenta con un granadero. En el repliegue, se reorganizan y dan un plazo de una hora a los perredistas para que desalojen la plaza o de lo contrario lo harán de manera violenta.

15:00.- Los perredistas resisten la ofensiva priista sentados en el suelo. Al frente de ellos está el líder estatal del partido, Davin González Ballina. Por el micrófono, el diputado del PRI, Félix Heladio Sarracino habla de que no son violentos, pero de inmediato los priistas se lanzan sobre los perredistas. La policía lanza gases lacrimógenos.

15:20.- Decenas de priistas llegan a otro de los accesos a Plaza de Armas y los policías vuelven a lanzar gases lacrimógenos. Mientras, decenas de taxis y vehículos rodean los bloqueos para impedir la entrada de alimentos.

16:10.- Se retira la policía. Sólo queda un pelotón de militares dentro del Palacio de Gobierno en resguardo del inmueble. Los priistas encaran e insultan a los perredistas. Derriban sus improvisados baños y le prenden fuego, así como a banderas del PRD. Un vehículo del perredista Tomás Brito Lara –que después sería alcalde del municipio de Cárdenas- es destrozado frente al hotel Howard Johnson.

16:35.- Los priistas destrozan otro vehículo perredista y rompen el aparador de un comercio. Un priista resulta lesionado. Se oyen cuatro detonaciones de arma.

16:55.- Decenas de priistas, que a esta hora son casi mil, destrozan los techos de plástico de los perredistas que siguen sentados, tomados de las manos. Prenden fuego al plástico y lo arrojan a los plantonistas. Por otro de los accesos, arriban decenas de pandilleros que comienzan a lanzar bombas molotov y piedras a los perredistas.

17:15. Por tres de los seis accesos arrecia la ofensiva. Los priistas entran a Plaza de Armas. Los policías, desde las azoteas de los edificios que rodean la plaza, lanzan bombas lacrimógenas.

17:30.- Los priistas son expulsados por los perredistas.

17:34.- Vuelve la ofensiva de los priistas.

17:38.- Perredistas repelen otra vez a la turba priista.

17:45.- Cerca de mil 500 priistas penetran definitivamente a Plaza de Armas. Policías los apoyan lanzando bombas de gases lacrimógenos. Los perredistas alcanzan el puente Solidaridad. Ahí, se recibe una llamada de López Obrador: instruye a sus seguidores a que regresen a sus comunidades.

18:00.- Los priistas y pandilleros comienzan a fabricar hogueras para quemar pertenencias de los perredistas. Se quedan con sillas, cobijas y tanques de gas. A lo demás le prenden fuego. Llegan 150 elementos del grupo especial 100 de la policía estatal.

18:10.- Los agresores prenden fuego a una camioneta. Otros tres vehículos son destrozados. Los perredistas, apostados a lo largo del puente y, callados, levantan la mano izquierda, haciendo la “V” de la victoria.

18:30.- Las puertas del Congreso son abiertas. Ingresan jubilosos y sudorosos los diputados priistas, así como cientos de sus correligionarios.

18:45.- Llegan a Plaza de Armas decenas de soldados y centenares de policías para cobijar a los priistas que comienzan a congregarse frente al Palacio de Gobierno.

20:30.- Una marcha de miles de priistas, procedente de la Plaza de la Revolución, arriba a Plaza de Armas. Esperan al gobernador Roberto Madrazo, que por radio se compromete llegar al Palacio de Gobierno.

20:55.- Llega Madrazo a Plaza de Armas y entra al Palacio de Gobierno. Sale al balcón central y expresa a la multitud congregada: “yo quiero decirles que estoy aquí por mandato popular expresado por ustedes el 20 de noviembre”.

“Quiero agradecer a nuestro gran pueblo de Tabasco… (lo interrumpen para cantar una estrofa del Himno Nacional) Que viva la certeza para Tabasco. Muchas gracias”.

21:00.- La gente se dispersa. La música continúa. Dentro del Palacio de Gobierno, Madrazo disfruta la salutación que, el 31 de diciembre, improvisó debajo de un almendro.

21:30.- El gobernador, que desde que inició su gestión hizo sólo dos giras al interior del estado y encabezó un solo acto público, se deja querer por la prensa. A la pregunta del costo político por el desalojo, dice que no hay tal.

“El costo político hubiera sido no sostener la voluntad ciudadana que se ha expresado en estos momentos”, afirma.

22:00.- Madrazo, acompañado de sonrientes colaboradores, se retira a la Quinta Grijalva, la residencia oficial de los gobernadores de Tabasco.

22:50.- El general Arturo Zavala reúne a sus 500 elementos y sonríe satisfecho. “Que me juzgue quien me tenga que juzgar”, dice.

23:00.- Madrazo se comunica con Jacobo Zabludowsky del noticiario 24 horas de Televisa y, mientras niega la violencia, las imágenes de la televisión muestran los destrozos causados por los priistas.

“No podemos permitir que nada ni nadie esté por encima de la ley. Desgraciadamente todavía esta tarde algunos grupos querían mantener la intolerancia como vía de suspensión de una decisión democrática. Por fortuna en este momento se han conciliado las pasiones”, asegura.

23:10.- Los perredistas, impotentes, regresan como pueden a sus lugares de origen. Así se los había pedido Andrés Manuel López Obrador desde la Ciudad de México.

Así, a sangre y fuego, arribó Roberto Madrazo Pintado al Palacio de Gobierno el 19 de enero de 1995. Así iniciaba la consolidación de un funesto cacicazgo de corrupción, asesinatos, fraudes electorales, tráfico de influencias y atraso social, económico y político de Tabasco que en 2006 ajustó 15 años con su bufón Manuel Andrade en el gobierno.

AÑO NUEVO EN PLAZA DE ARMAS

El domingo primero de enero de 1995, pasó sin mayores problemas. López Obrador convocó a sus correligionarios para una asamblea al día siguiente, y anunció que ese día habría respuesta de la secretaría de Gobernación para analizar “el caso Tabasco”.

El lunes 2, la burocracia llegó hasta las inmediaciones del Palacio de Gobierno, resguardado por centenares de policías y militares, dentro de un círculo perredista. Los trabajadores de oficina tomaron como “centro de trabajo” las cafeterías cercanas.

Al mediodía, López Obrador anunció la entrevista con el secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, para las cinco y media de esa tarde. Viajó a la Ciudad de México y entregó al funcionario otro paquete de pruebas para reforzar su denuncia de fraude electoral.

Acompañado de Porfirio Muñoz Ledo, Amalia García y Ramón Sosamontes, regresó a Tabasco el 4 de enero para informar del respaldo total del CEN a su movimiento y de un “inminente” acuerdo con la secretaría de Gobernación para resolver el conflicto poselectoral.

Ante la desesperada militancia que exigía “de una vez” la toma del Palacio de Gobierno, el ex candidato hizo constantes llamados a mantener la serenidad y adelantó que las cosas iban “bien” en Gobernación, pero había que esperar “unos días más”.

“Cuando yo sepa que la causa está perdida, se los voy a decir… tengan confianza”, exhortó.

El problema poselectoral está a punto de resolverse, pero “tengamos un poco de paciencia para culminar esta obra que es histórica”, convocó Muñoz Ledo.

“En caso de que lleguemos a fracasar, lo diremos en esta plaza… Tengan la certidumbre de que el PRD no se rinde, de que no se arredra, de que no se vende”, aseguró.

Ese día, Roberto Madrazo reapareció públicamente, con la certeza de que sólo saldría de Tabasco cuando se fuera “de vacaciones”, pues se encontraba trabajando “de tiempo completo”.

Acosado por decenas de reporteros a su llegada al auditorio del parque Tomás Garrido Canabal, donde presidió un acto oficial, los periodistas le preguntaron sobre los rumores de su salida de la gubernatura.

“Estamos trabajando intensamente, como ustedes lo han visto”, contestó.

— ¿Abandonará el gobierno de Tabasco?

—Sólo si es de vacaciones…

A una semana del conflicto, crecía la certidumbre, incluso entre sectores oficialistas, que Madrazo se tambaleaba en la gubernatura.

En espera de la decisión del “centro”, los perredistas reforzaban el bloqueo a instalaciones de Pemex y el cerco en torno de los recintos sede de los tres poderes del estado, a donde ni diputados ni magistrados y menos el nuevo gobernador podían entrar desde el primero de enero.

Madrazo había salido únicamente dos ocasiones de la Quinta Grijalva para aparecer en público y para viajar un par de veces a la Ciudad de México. Tabasco estaba convertido en un estado de rumores.

Cobraba fuerza la versión de que ya había concluido el cotejo de pruebas en una mesa de concertación, propuesta por la secretaría de Gobernación, atestiguado por los consejeros ciudadanos del IFE, Santiago Creel Miranda y José Agustín Ortiz Pinchetti.

En sus titulares y columnas políticas, la prensa tabasqueña, salvo contadas excepciones, atacaba ferozmente el movimiento perredista. A diario, desde el 31 de diciembre, exigían la aplicación de la ley para reestablecer “el estado de derecho”, y el uso policiaco para desalojar violentamente a los plantonistas.

El 8 de enero, López Obrador, acompañado del escritor y cronista Carlos Monsiváis y del caricaturista El Fisgón, encabezó multitudinaria marcha, estimada en más de 30 mil perredistas. La movilización se realizó desde la Ciudad Deportiva hasta Plaza de Armas, en protesta por el fraude electoral.

En respuesta, el PRI, bajo disfraz de “sociedad civil”, convocó a una marcha en apoyo del “legítimo” gobernador Roberto Madrazo, para el sábado 14 de enero.

Después del 10 de enero, Tabasco vivía otra vez la atmósfera política de 1988 cuando Roberto Madrazo era líder estatal del PRI:  anónimas amenazas de muerte a periodistas independientes, profusa difusión para aplicar “mano dura” a los opositores y la división social entre tabasqueños “bien nacidos” y los “mal nacidos” o “comunistas”.

Crecía la condena social al gabinete del “cambio cierto”, que Madrazo utilizó como slogan de campaña; los poderes seguían en oficinas prestadas y, como corolario, se anunciaba nueva prórroga a la visita del presidente Ernesto Zedillo.

PRUEBAS DEL FRAUDE

Aturdidos por la incertidumbre, los tabasqueños eran víctimas de una oleada de rumores sobre la caída de Madrazo, sustituida por una profusa campaña de prensa que daba como un hecho la improcedencia de las pruebas presentadas por el PRD en Gobernación sobre el fraude electoral, avalada supuestamente por los consejeros ciudadanos del IFE, Creel y Pinchetti.

De acuerdo una versión, filtrada por seguidores de Madrazo al diario El Sol de México, publicada el 10 de enero, se había concluido que las pruebas eran insuficientes para anular la elección del 20 de noviembre.

Creel y Pinchetti tuvieron que hacer pública una carta, el 13 de enero, “para evitar que se siga desinformando a la opinión pública”. En dos puntos, manifestaban lo siguiente: “I) el contenido de la referida nota, y de aquellas que a partir de la misma se han publicado, no se apega a la realidad; y II) hasta el día de hoy no hemos publicado informe alguno”.

Ambos pidieron “oficialmente” a El Sol de México que el desmentido se publicara en el mismo espacio que tuvo la nota, “cuya falsedad reclamamos”, y solicitaron que los demás medios que la difundieron hicieran la rectificación correspondiente “en apego a la legislación vigente”.

En Tabasco, la mayoría de los periódicos dieron poco espacio a la solicitud y otros, como el diario Tabasco Hoy, que destacó profusamente la nota de El Sol de México, simplemente la ignoró. Sus columnistas, en cambio, continuaron con sus diatribas contra el perredismo.

El Sol de México publicó en su primera plana la carta aclaratoria de Creel y Pinchetti, pero junto a ella hizo su propia aclaración, alegando haber conseguido el documento de una “fuente confiable”.

Explicó que, de acuerdo con su “política editorial”, el diario confirmó la veracidad del documento en el que, añadió, se advertía que era “estrictamente confidencial”, y que constaba de siete páginas mecanografiadas, con varios capítulos y apéndices, así como dos cuadros estadísticos.

En el documento, agregó la aclaración de El Sol de México, se precisa que Creel y Pinchetti elaboraron un estudio sobre el paquete de irregularidades presentado por el PRD, a solicitud de  Susana Torres, representante de la secretaría de Gobernación; de Tristán Canales, Lino Celaya y Manuel Andrade, del PRI, y Javier González, Julieta Uribe y Rafael Landerreche, del PRD.

Y que el compromiso había sido “no filtrar nada” a la prensa.

Según el documento apócrifo publicado por El Sol de México, los dos consejeros ciudadanos del IFE analizaron al azar 61 de 439 actas de igual número de casillas, y concluyeron “que las irregularidades planteadas por el PRD en las 61 casillas analizadas reportan una inconsistencia estadística que fluctúa en un intervalo que va del 71% al 85%, con una media de 78% de inconsistencia”.

No obstante lo anterior, según la nota de El Sol, los dos abogados observaron que se hacía indispensable “señalar que la estrecha e imperfecta ventana estadística que abre este ejercicio hace ver un escenario que confirma que no se pueden probar las irregularidades en un muy alto porcentaje, al menos en el paquete de las actas revisadas”.

“Es decir, de acuerdo al documento signado por ellos (Creel y  Pinchetti), Madrazo Pintado fue un legítimo triunfador y por lo tanto inobjetable gobernador del estado”, concluyó en su análisis el columnista Samuel Cantón Zetina, entonces subdirector editorial del diario Tabasco Hoy.

Este periodista cobraba en el gobierno de Manuel Gurría 25 mil pesos mensuales por “servicios periodísticos” y el Tabasco Hoy había sido el periódico más favorecido por la corrupción auspiciada desde la Dirección de Comunicación Social y Relaciones Públicas en los gobiernos de Gurría Ordóñez y Neme Castillo.

El día que se filtró en la Ciudad de México el documento “estrictamente confidencial”, en Tabasco prominentes priistas citaron a reporteros locales y corresponsales para informarles, a cambio del anonimato, la presunta conclusión del estudio en la secretaría de Gobernación.

Los diarios  Tabasco Hoy, Presente, Avance, Novedades, y otros de menor circulación, destacaron en sus primeras planas reacciones a lo presuntamente concluido por los dos consejeros ciudadanos, lo que vino a fortalecer el repudio de los priistas a las acciones del PRD.

Lo cierto es que, en su estudio, Creel y Pichetti concluyeron que en el paquete de irregularidades presentado por el PRD en la secretaría de Gobernación, respecto a las elecciones del 20 de noviembre, el 78% se confirmaba “como tales”.

En el informe, se comprobó que en 84% de las casillas la sustitución de funcionarios fue irregular; hubo error o dolo en el cómputo del 62%; en el 100% no hubo integración completa de la mesa de casilla y en la totalidad de las mismas se observó una entrega extemporánea del paquete electoral.

Si bien advertían en el estudio que esas irregularidades no necesariamente derivarían en la anulación de votos, el hecho de que las instancias electorales del estado no hubiesen invalidado una sola casilla, “ética, jurídica y políticamente obliga a un cuestionamiento respecto del debido cumplimiento del principio de imparcialidad electoral que debe regir todo proceso”.

En la exposición de sus “reservas”, los consejeros ciudadanos del IFE advertían que el análisis elaborado por ellos no podía interpretarse “como un intento de valoración legal o política del proceso electoral o de las autoridades electorales de Tabasco”, ni se prejuzgaba “sobre la validez o la nulidad de los comicios en general o de la elección de gobernador en particular”.

El estudio fue elaborado con base en las copias de las actas de escrutinio y de cómputo de la jornada electoral proporcionadas por el PRD, cotejándolas con copias fotostáticas de las actas del programa de conteo rápido.

Creel y Pinchetti —que tuvieron que suspender sus vacaciones de fin de año para elaborar el informe—explicaron que “tomando en consideración que sólo se contaba con escasas 24 horas” para emitir su opinión, el informe versaba únicamente sobre una muestra aleatoria y representativa de las 439 casillas que conformaban el paquete total presentado por el PRD.

El diseño de la muestra fue obtenido por un especialista en estadística y de las 63 actas seleccionadas al azar —dos de las cuales fueron desechadas— se logró una confiabilidad de 95%, con un margen de error de 7% más o menos.

El diario El Financiero publicó entrevistas con Creel y Pinchetti, quienes manifestaron su disgusto por la “filtración” del documento apócrifo para favorecer al gobernador Roberto Madrazo, quien, de inmediato, declaró públicamente que el PRD no había podido demostrar en la secretaría de Gobernación que hubo irregularidades en los comicios del 20 de noviembre.

A la par, se multiplicó la publicación de desplegados periodísticos para exigir “solución inmediata” al conflicto.

La Junta Coordinadora Empresarial difundió un comunicado con el título “Exigencia tabasqueña hacia el diálogo”, dirigida al presidente Ernesto Zedillo; al secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, y al procurador general de la República, el panista Antonio Lozano Gracia.

En el desplegado, avalado por 51 organismos, los empresarios –todos priistas- exigían el “restablecimiento del estado de derecho” y se manifestaban contra “la impunidad”. La ciudadanía, decían, “demanda que este conflicto se resuelva aquí y ahora. No en el centro del país ni a espaldas de los tabasqueños”.

De paso, se ofrecieron como mediadores para que, “a la vista de todo el pueblo, se planteen las inconformidades de los opositores y se conozcan las respuestas de las autoridades. No se puede seguir causando daño a la nación y a nuestro estado por la conveniencia de algunos”.

Algunos diarios publicaron un desplegado a un cuarto de plana para exigir al gobernador Madrazo “restablecer el orden” y ofrecerle respaldo “en sus decisiones y consecuencias políticas y sociales que éstas conlleven”. La “Sociedad Civil” —así nada más— firmaba el desplegado.

El diario Novedades de Tabasco difundió un “manifiesto” de una plana para demandar “parar la anarquía del PRD que atenta contra las buenas costumbres de la ciudadanía tabasqueña”.

“Exigimos el desalojo pronto y expedito de perredistas de la Plaza de Armas. ¡Basta ya de humillaciones! ¡Fuera comunistas de la Plaza de Armas!”, rezaba el texto.

Se responsabiliza del “manifiesto” un Frente Amplio de Ciudadanos, acompañado de 18 firmas ilegibles, con anotación al calce de que lo avalan también, “1,422 firmas más que obran en poder de esta casa editorial”.

El 12 de enero, Roberto Madrazo aceptó la mediación de los empresarios y realizó su segunda gira por el interior del estado desde que asumió la gubernatura. En el Plan Chontalpa, que abarca los municipios de Huimanguillo y Cárdenas, fue recibido tibiamente por la escasa concurrencia, sentada en sillas pintadas con cal.

Al término del acto, como de costumbre, se negó a opinar sobre el conflicto poselectoral: “gracias, gracias, no tengo comentario”, respondió.

El 13 de enero, la “sociedad civil” priista, encabezada por el constructor Manuel Felipe Ordóñez Galán, copó los noticieros de radio y televisión para invitar a los tabasqueños “bien nacidos” a una marcha “por la paz”, en respaldo del gobernador Madrazo, para el día siguiente.

Se acordó que la movilización priista concluyera en la  estatua del ex gobernador Carlos Alberto Madrazo, a 300 metros de Plaza de Armas donde se encontraban el bloqueo de los perredistas.

Ante los riesgos de provocaciones y posible violencia, se decidió que terminara en la Plaza de la Revolución.

El PRD respondió con convocatoria a otra marcha para el domingo 15 de enero, un día después de la del PRI.

En medio de miles de globos blancos, los priistas “bien nacidos” marcharon el sábado 14. La Plaza de la Revolución se llenó a medias. No pudieron llevar a los 50 mil ciudadanos que tenían calculado. Llegaron alrededor de 20 mil, principalmente burócratas obligados a asistir.

Orador único en el acto, y en medio de gritos de ¡a palacio!, ¡a palacio!, Roberto Madrazo reiteró que “nada ni nadie” lo haría renunciar a su convicción “de gobernar Tabasco”.

Convocó a una “profunda reforma electoral” y a consolidar la participación ciudadana en la política. Ofreció garantizar la división de poderes, el estado de derecho, atender a las comunidades y fortalecer la autonomía municipal, descentralizando funciones. Nada cumplió.

Al día siguiente, acompañado del dirigente nacional del PRD, Porfirio Muñoz Ledo, López Obrador llenó la Plaza de la Revolución y dobló la concentración priista con más de 40 mil tabasqueños.

Insistió en su demanda de anular los fraudulentos comicios del 20 de noviembre y la realización de nuevas elecciones, organizadas por un “cuarto poder electoral” autónomo, que tendría que constituirse con “respetables miembros de la sociedad civil tabasqueña”.

REBELIÓN PRIISTA

El lunes 16 de enero, en la Ciudad de México, Porfirio Muñoz Ledo anunció que entre ese día y el miércoles 18, habrían “decisiones  trascendentales” del gobierno federal sobre los conflictos poselectorales de Tabasco y Chiapas

De esas “decisiones”, dependía que el PRD firmara el “Acuerdo Político Nacional”, promovido por el presidente Ernesto Zedillo para garantizar una reforma electoral “definitiva”.

Adicionalmente, se filtró a los diarios La Jornada y Reforma que, entre esas “decisiones”, se encontraba la salida de Roberto Madrazo de la gubernatura, y hasta se hablaba de un plazo de 18 meses para realizar nuevas elecciones en Tabasco.

En Tabasco, la confesión de Muñoz Ledo y las revelaciones de La Jornada y Reforma cimbraron a los priistas.

Los diputados del tricolor se atrincheraron en la biblioteca José María Pino Suárez y acordaron hacer “respetar la voluntad popular del pueblo tabasqueño que ya votó”.

“Gobernación no puede anular lo que los ciudadanos decidieron; no estamos de acuerdo y no creemos que vaya haber nuevas elecciones en Tabasco”, desafió el diputado Pedro Jiménez León, presidente de la Gran Comisión del Congreso.

El martes 17, el canal 7 de la Comisión de Radio y Televisión de Tabasco (Corat), se convirtió en caja de resonancia de los priistas para rechazar  “cualquier intento” de sacar a Roberto Madrazo del gobierno.

Mientras en el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos el PRD, PRI y PAN firmaban el Acuerdo Político Nacional, con el presidente Ernesto Zedillo como testigo, en el noticiero nocturno “En punto” de la Corat, la conductora María Elena Zentella, con voz temblorosa, anunciaba “la posibilidad” de que hubieran elecciones extraordinarias en Tabasco.

Como si fuera señal de arranque, los teléfonos se congestionaron de inmediato con llamadas de la “sociedad civil” priista. Diputados y empresarios repudiaban los acuerdos “del centro” y anunciaban que defenderían a su gobernador “en las calles y en las plazas”.

Por la tarde, ambos grupos se reunieron en dos cubículos de la biblioteca “José Pino Suárez”, recinto alterno del Congreso, para urdir un plan y definir las líneas de acción, a fin de impedir la salida de Roberto Madrazo.

Desde las dos oficinas, comunicadas por una puerta, empresarios y diputados priistas comenzaron a exacerbar el resentimiento en contra del “centro”, con insistentes llamadas telefónicas a noticiarios de radio y televisión, en reclamo de respeto al voto ciudadano y “la soberanía del estado”

Entre los dirigentes empresariales que no se cansaban de propalar “la legalidad”, “la soberanía del estado” y pedían la cabeza de los  “tabasqueños mal nacidos”, estaba el presidente de la Coparmex-Tabasco, Carlos Madrazo Cadena, primo del gobernador Roberto Madrazo, con una larga estela de estafas tras de sí.

También Manuel Felipe Ordóñez Galán, presidente del Consorcio de Constructores de Tabasco y de la Constructora Olmeca, beneficiario de las reservas territoriales del gobierno estatal que les remató, a precio de regalo, su primo Manuel Gurría Ordóñez.

Otro era el senador y líder histórico de la Unión Ganadera Regional de Tabasco, Arcadio León Estrada, cuñado de David Gustavo Gutiérrez, ex gobernador de Quintana Roo, socio de  Cabal Peniche.

Además estaban, como voceros de la “sociedad civil”, pero de comprobada militancia priista, Diego Rosique Palavicini, presidente del equipo de béisbol Olmecas de Tabasco y socio de Cabal en el Banco Unión.

Juan José González Rivera, líder local de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción. Su constructora, Gonri, era de las principales beneficiadas con edificación de fraccionamientos para millonarios, construidos sobre reservas territoriales destinadas para viviendas populares.

Y el presidente de la Junta Coordinadora Empresarial de Tabasco, Fernando Álvarez Larios, líder de los hoteleros del estado, quien incluso se ofreció como mediador.

El miércoles 18, los priistas, encabezados por su dirigente estatal y diputado local, Nicolás Haddad López, tomaron la estación de radio XEVA para silencia “Telereportaje” que, junto con “Noticias en Flash”, eran los únicos noticieros de radio que informaban sobre los acontecimientos en Plaza de Armas y daban espacios a la oposición ante el férreo control de los medios de comunicación.

El conductor del noticiero, Jesús Antonio Sibilla Oropeza, interrumpió el programa varias veces porque los priistas se apoderaron del micrófono para advertir que el Congreso no aceptaría “la renuncia” de Roberto Madrazo y que no permitirían que el voto de los tabasqueños se negociara “a sus espaldas”.

Al filo del mediodía, los constructores, encabezados por Manuel Felipe Ordóñez Galán, encabezaron el bloqueo de las cuatro carreteras de acceso a Villahermosa, estrangulando la circulación al sureste del país.

Decenas de camiones de volteos y maquinaria pesada, se apilaron en las carreteras para aislar Villahermosa e impedir que perredistas de otros municipios llegaran en apoyo de sus compañeros plantados en Plaza de Armas.

Paralelamente, el Congreso se declaró en sesión permanente. Casi todos los diputados priistas desfilaron para patentizar su apoyo a Madrazo, repudiar “la felonía” del centro y amagar con separarse de la federación en defensa de la “soberanía” de Tabasco.

El dirigente del PRI y diputado, Nicolás Hadad, afirmó que el Congreso rechazaría cualquier solicitud de licencia del gobernador que, hasta entonces, decía, era sólo “un rumor”.

El PRI “velaba armas” y su líder advertía que tenían convocada y acuartelada a la militancia “para realizar una gran movilización en todo el estado” y que, de ser necesario, lo harían “en el centro”.

“Los actos de sumisión en el Congreso han dejado una secuela de muy baja ralea. Cuando los diputados se han prestado a una jugarreta del poder central han quedado como traidores. El actual Congreso va a la altura del tiempo histórico que le toca vivir. No se aceptará ninguna solicitud de licencia si esto se confirma en las próximas horas”, advirtió el líder priista.

De paso, demandaba a la dirigencia nacional de su partido que fijara una postura “clara” ante la “agresión” que se fraguaba en el centro. En respuesta, la lideresa nacional, María de los Ángeles Moreno, ofreció “el más decidido apoyo” a Madrazo y le garantizó que no habría “concertacesión”.

Manuel Ramos Gurrión, delegado del CEN del PRI, repitió en Tabasco lo dicho por su lideresa. Pocos le creyeron.

En el diario Tabasco Hoy se publicó un desplegado “urgente” dirigido al presidente Ernesto Zedillo, firmado por 18 organismos encabezados por la Junta Coordinadora Empresarial de Tabasco, en el que le solicitan audiencia “para resolver los problemas sociales que vivimos en nuestra entidad”.

“Queremos hacer valer su oferta de que el voto de los tabasqueños no sería negociado. Exigimos respeto a nuestra soberanía, el cumplimiento de la ley y sobre todo la tranquilidad y la paz social”, expusieron.

Alrededor de las dos de la tarde, el senador perredista e indígena chontal, Auldárico Hernández Jerónimo, arribó a Villahermosa vía aérea, procedente de la Ciudad de México. Cuando pretendía ingresar a ciudad, se topó con el bloqueo priista. Lo identificaron y lo tundieron a golpes. De milagro salvó la vida.

Entrada la noche, congregados en la Plaza de la Revolución,  unos dos mil priistas acudieron al llamado del “imparcial” presidente del Consejo Estatal Electoral (CEE), Gonzalo Quintana Giordano, para prenderle fuego a las credenciales de elector, en repudio a las “maniobras” del centro.

Los priistas prendieron teas y todo se convirtió en un acto simbólico. A propuesta del líder estatal del PRI, emprendieron una marcha light hasta la Quinta Grijalva, distante a dos kilómetros. Después de una espera de 20 minutos, Madrazo salió, saludó a sus seguidores y entró de nuevo a la Quinta Grijalva.

El jueves 19, por la mañana, priistas reforzaron el bloqueo de las cuatro carreteras de acceso a Villahermosa. Se cerraron escuelas y el sector privado ordenó a sus agremiados paralizar la totalidad del comercio, la industria y los servicios.

La Canaco reportó 80% de parálisis de actividad en el interior del estado. Los bloqueos priistas sumaban más de 300, entre carreteras federales y estatales. Villahermosa prácticamente estaba aislada.

En Plaza de Armas, la violencia contra los perredistas fue creciendo desde las 11:30 horas hasta las seis de la tarde, cuando fueron expulsados definitivamente.

Mientras las turbas priistas sacaban violentamente a los perredistas de Plaza de Armas, la secretaría de Gobernación difundió un comunicado que exhortaba a las partes en conflicto adoptar “un compromiso de no violencia y respeto mutuo”.

El boletín expresaba la “honda preocupación” del gobierno federal por los “rumores y movilizaciones” en Tabasco, y llamaba al diálogo.

A través de una estación de radio, Roberto Madrazo informó que más tarde se reuniría con los priistas “para reconocer la valentía con que el pueblo ha actuado”.

Pasadas las nueve de la noche llegó a Plaza de Armas, en medio de un férreo dispositivo de seguridad. Y entró al Palacio de Gobierno que tanto ansió desde el 31 de diciembre.

Luego, encabezó el besamanos que, bajo la sombra de los almendros del teatro “Esperanza Iris” y con desgano, había hecho el día de su toma de posesión, 19 días atrás.

Entre la muchedumbre que ponía nerviosos a los policías, se escurrió, sonriente, el ex gobernador Mario Trujillo. Saludó y abrazó a Madrazo y se retiró.

—¿Qué  opina de la campaña de radio y televisión que, se dice, organizaron los grandes empresarios del estado?

—¿Todavía se puede tener duda de que este es un movimiento eminentemente popular? —respondió furioso—¡Carajo!…no digan pendejadas, hombre, por favor!.

“Lo que pasa es que el pueblo se volcó a dar su apoyo al gobernador legítimamente electo y a quien quería ver en la posición de gobernador, ejerciendo el poder de gobernador, ¡carajo!”, escupió el fallecido ex mandatario.

Atrás quedaba el telefonazo de la madrugada del martes 17 de enero que despertó al secretario de Gobierno, José‚ Manuel Tellaeche Bosch.

La orden de Roberto Madrazo, desde la Ciudad de México, había sido contundente: “reúne en la Quinta Grijalva a todo el gabinete, diputados y dirigentes del PRI. Voy solicitar licencia al cargo”.

Al mediodía estaban reunidos todos en espera de Roberto Madrazo, quien desde el sábado 14 se encontraba en la Ciudad de México.

De improviso, el diputado y líder del Congreso, Pedro Jiménez León, se puso de pie y casi gritó a los presentes, todos, con rostros desencajados:

“A mí Neme me quiso sacar de la presidencia de Comalcalco y no pudo porque me rebelé. ¿Por qué vamos a permitir que el centro quite la gubernatura a Roberto Madrazo para concertacesionársela al PRD?. ¡No, señores, defendamos la soberanía estatal y vamos a impedirlo!”.

Todos apoyaron la idea del líder cameral y se lo comunicaron a Roberto Madrazo: el Congreso no aceptará una eventual solicitud de licencia para dejar la gubernatura.

Por la noche, se echó andar todo el operativo en defensa de la “soberanía estatal”.

El miércoles 18 por la mañana, la Suburban de Roberto Madrazo recorría velozmente la carretera de cuota hacia el aeropuerto de Toluca, donde lo esperaba un jet del gobierno de Tabasco para trasladarlo a Villahermosa.

Por su celular, recibió una llamada ordenándole volver a la Ciudad de México y dirigirse a la residencia de Los Pinos, donde lo aguardaban el presidente Ernesto Zedillo y más tarde, en la secretaría de Gobernación, Esteban Moctezuma.

Con la incertidumbre reflejada en el rostro, Madrazo ordenó al chofer volver en el próximo retorno, mientras sostenía en sus manos un fólder color amarillo que contenía en texto de la solicitud de licencia, redactado la víspera y que ese mismo día, a las 13:00 horas, planeaba enviar al Congreso del estado para separarse del cargo de gobernador.

Pero casi cuatro horas después, tras las pláticas con Zedillo y Moctezuma, cuando a las 15:48 horas llegó al aeropuerto de Villahermosa y se trasladó en helicóptero a la Quinta Grijalva, el semblante del gobernador era relajado y el fólder amarillo quedaba bajo su exclusivo resguardo.

LA LICENCIA DE MADRAZO

El líder del Congreso estatal, Pedro Jiménez León, relató a la revista Proceso que la decisión de Madrazo de solicitar licencia la corroboró el mediodía del miércoles el coordinador regional del CEN del PRI, Manuel Ramos Gurrión, quien comentó a los diputados que la decisión sería “en virtud de los acuerdos que se habían tomado a nivel nacional y del pacto político que se había firmado el día  anterior”.

“En privado”, contó Jiménez León, los diputados priistas resolvieron que el Congreso rechazaría la solicitud, sin haberla recibido siquiera, pese a que —reveló— “en el transcurso de la tarde un empleado de la secretaría de Gobernación, de nombre Juan Gabriel Valencia, estuvo insistiendo que fuéramos a la Quinta Grijalva a platicar con él”.

Posteriormente, en el periódico “Mesa 42”, del 30 de enero de 2004, Jiménez León confirmó que la solicitud licencia de Roberto Madrazo para separarse del cargo sí existió pero que nunca llegó a sus manos en su calidad de presidente de la Gran Comisión del Congreso:

— “No la tuve en mis manos. No me llegó nunca, debo decirlo, pero lo cierto es que la licencia firmada sí existió. Hoy que he tenido la oportunidad de platicar con algunos que en ese momento eran funcionarios de la Secretaría de Gobernación, como uno que ahora es diputado federal por Convergencia, sé que sí la firmó, porque éste me dijo que él vio cuando la firmó Roberto, llegando inclusive a tenerla en sus manos. Digamos que en la primera parte de la negociación, Roberto aceptó, sin chistar, pedir licencia”.

Recordó que Madrazo estaba en Villahermosa y fue llamado a la secretaría de Gobernación, donde le esperaban Esteban Moctezuma y Beatriz Paredes.

-“Le solicitan la licencia y le ofrecen una embajada, Roberto acepta”.

-¿Sin pedir tiempo para pensarlo?

-“Acepta en el acto…”

Jiménez León reveló que ellos (los diputados) se enteraron de la licencia de Madrazo gracias a un amigo que trabajó con él en la secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue) en el gobierno de Carlos Salinas, quien textualmente, vía telefónica, les dijo:

-“Ya se quedaron sin chamba y sin gobernador: Madrazo acaba de firmar la licencia”.

Tenía diez minutos que Madrazo había firmado la licencia para separarse de la gubernatura.

“Bueno, él entregó su licencia, pero eso no es decisión suya sino del Congreso”, reflexionó el diputado Jiménez León ante su interlocutor. Revisó la  Constitución local donde quedaba claro que era facultad del Congreso autorizar las licencias del gobernador; y que en el caso de las renuncias del Ejecutivo, sólo se darían por causas graves.

Y como ese momento no había ninguna causa grave para que se diera la licencia, Jiménez León tomó la decisión “por mi libre y espontánea voluntad, de decir que no”.

-“Nosotros, sin consultárselo (a Madrazo), decidimos no aceptarla. No fue una decisión de Roberto. Fue una decisión de Pedro Jiménez León, compartida inmediatamente con el secretario de la Gran Comisión, Félix Eladio (Sarracino), que después de un par de preguntas que me formuló y de las respuestas que le di, decidió estar también en la lucha; como lo decidieron los demás diputados de esa legislatura, incluyendo dos del PAN. En ese momento nosotros empezamos a manifestarnos ante los medios de comunicación y a mandar señales a México de que no se iba a aceptar la licencia; y es más, al día siguiente que asumimos esta posición fuimos convocados a la casa del secretario de gobierno del estado, Manuel Tellaeche, en donde la instrucción de aceptar la licencia era precisa”.

Los diputados priistas, según Jiménez León, comenzaron actuar sin tener ninguna comunicación con Roberto Madrazo, y menos aún sin recibir instrucciones de éste para operar en el algún sentido.

-“La primera comunicación que tenemos es ésa, a través del secretario de gobierno. Y lo que nos dice el secretario de gobierno es que ya no hay nada que hacer, que es lo mismo que nos comentan los subsecretarios de gobierno. Esto fue después de más de doce horas de estar sin ninguna comunicación, ni directa ni indirecta, con Roberto”.

El gobernador se encontraba en la Ciudad de México, pero los diputados no sabían en qué lugar, hasta que su cercano colaborador, Ángel Augusto “Lico” Buendía Tirado (coordinador de la campaña madracista en 1994l) hizo contacto con ellos.

-“Lico nos dice que ya no hay nada que hacer y que este país había funcionado siempre de una sola manera: en función de lo que decía el Presidente. Ahí se presentaron posiciones encontradas, en la que gente como Gina (Georgina) Trujillo, Lucio Lastra, Gustavo Rosario (Torres) y Patricia Pedrero, la procuradora de Justicia, dijeron que la posición que yo estaba asumiendo era la correcta.

“De ahí salimos y nos fuimos al Congreso con más de la mitad del gabinete, que estaba de acuerdo a la posición que yo había asumido. Desde ahí seguimos mandando señales.

“Estábamos reunidos en la biblioteca José María Pino Suárez, ahí estábamos trabajando. Ahí encontramos a la mayoría de los dirigentes empresariales, que habían sido convocados por el Frente Cívico, integrado por Manuel Ordóñez y Alberto Banuet.

“Los grupos se movían solos. A raíz de la posición que asume el Congreso empiezan a preguntarse ¿qué hacemos nosotros?. Y muchos deciden ir al Congreso a preguntarnos qué hacer, pero también, debo decirlo, con la firme decisión de respaldar nuestra postura. Y ahí, también debo decirlo, el Chelo (César) Fernández (líder de los ganaderos tabasqueños) y Magali Broca (empresaria restaurantera) entre muchos personajes, empezaron a decir qué era lo que ellos podían hacer para demostrar que el asunto iba más allá de la posición que el Congreso, como representante de la sociedad, había asumido, involucrando en todo esto a la misma sociedad.

“Y así empiezan a pasar los días de comunicación con los Congresos de los estados, con los diputados federales, con los senadores y de mandar señales a México de que no íbamos aceptar la licencia.

“Habían pasado ya cuarenta y ocho horas y nosotros no teníamos ninguna comunicación con Roberto Madrazo.

“Sabíamos que estaba en México, pero no sabíamos ni en donde ni en qué teléfono. Pasadas las cuarenta y ocho horas, ya prácticamente estando en el tercer día, recibimos una invitación de Ángel Buendía para reunirnos con él en su casa, aquí en Villahermosa.

“Bajo un tamarindo muy grande que hay en el patio de la casa donde vivía, por la Ciudad Deportiva, Lico nos dice que no hay nada que hacer y que el gobernador Madrazo nos pide que vayamos a la Quinta Grijalva a recoger la licencia. Y ahí están de testigos los diputados que me acompañaron, entre ellos Griselda García Serra, Liborio Correa, Félix Eladio y Raúl Lezama.

“Mi respuesta, frente a todos ellos, es: no vamos a ir a la Quinta porque no queremos recoger ese documento. Luego un pajarito, como se dice por ahí, me informa que lo que ocurre es que en lo que nosotros estamos acá, librando la batalla para que una decisión meta-constitucional del Presidente no vulnerara la soberanía del estado, él (Madrazo) aprovechaba el tiempo para negociar la entrega de su licencia pero no a cambio de la embajada, sino de ser miembro del gabinete.

“En ese momento, por la frágil posición que tenía Fausto Alzati como secretario de Educación Pública, al que le descubren que aunque firmaba como doctor no había terminado la presentación de su tesis doctoral, dijeron: bueno, pues se va Alzati y tú te vienes a Educación. Recordemos que Roberto había sido presidente de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados”.

El presidente Ernesto Zedillo y el secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, habían conocido, las primeras horas del miércoles 18 de enero, que en reunión celebrada en la biblioteca “José María Pino Suárez” —recinto alterno del Congreso— los 20 diputados priistas, su líder estatal y las cúpulas empresariales habían resuelto, entrada la madrugada, insubordinarse al “poder central” para impedir que Roberto Madrazo dejara la gubernatura…lo que finalmente ocurrió.

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